tag:blogger.com,1999:blog-32434381253511615812024-02-07T19:34:24.719+00:00Cenicero lleno de colillasLas verdaderas historias son las que cuando se apagan dejan más humo en el ambientePablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.comBlogger41125tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-55215667435577980772013-10-27T23:49:00.004+00:002013-10-27T23:50:54.904+00:00No soy el mismo de ayer y es difícil de explicar<div>
Conociendo la ubicación de la antorcha, alargué mi brazo hacia ella y la encendí. De esta manera comencé mi recorrido habitual por aquel pasillo de piedra. Todo como de costumbre. Era aquel paseo por la oscuridad, acompasando mis pisadas con el goteo incesante de fondo, lo que me preparaba cada noche para la reunión.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUFpASlApHgh0wU97yKeNzdQzp-17eb_Wo4tdNhwo67C62h5i0glaeDaBZiuVt9pdWo9YeHZ39nMTNEspQCR0ZAknPwygueKDEj1J7RuYIicmqGXRR4USmwXzKIvObdRIVPjra2d-BKJQ/s1600/Foto+relato.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUFpASlApHgh0wU97yKeNzdQzp-17eb_Wo4tdNhwo67C62h5i0glaeDaBZiuVt9pdWo9YeHZ39nMTNEspQCR0ZAknPwygueKDEj1J7RuYIicmqGXRR4USmwXzKIvObdRIVPjra2d-BKJQ/s320/Foto+relato.png" width="320" /></a></div>
Al llegar al final, entré en la cripta. Con las cuatro puertas de madera vieja, los pilares con esculturas talladas en piedra y aquel aire helado, era el escenario perfecto para realizar nuestro propósito habitual. No obstante, encontré las otras tres puertas cerradas aún; era el primero en llegar.</div>
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<br /></div>
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Así pues, caminé hacia el altar y toqué la campana. El aire vibró con cada golpe y, una a una, las puertas se fueron abriendo. De cada una de ellas salió una figura. Todas llevaban una túnica negra y venían encapuchadas, al igual que yo. El único distintivo que poseíamos era la colocación de las cadenas. El ser del norte las traía sobre los ojos, el del sur en los brazos, el del este en las piernas y yo, el del oeste, en el pecho oprimiendo mi corazón.</div>
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<br /></div>
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Todos avanzaron hacia mí arrastrando los pies y haciendo resonar sus cadenas hasta que alcanzaron mi posición y se colocaron en sus respectivos lugares al rededor del altar. Como yo ya ocupaba el mío, el ritual podía dar comienzo.</div>
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Nos quitamos las capuchas y nos miramos uno a uno. Era extraño, siempre repetíamos la misma acción aun sabiendo que nuestros rostros eran el mismo, sin embargo, no existió jamás la ocasión en que no encontráramos diferencias. </div>
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<br /></div>
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Acto seguido miramos al cuerpo que yacía tumbado en la losa de mármol del altar. Era nuestro verdadero cuerpo, quien nos había creado. Esa persona, que en base a sus experiencias y sus sentimientos, se había dividido en cuatro sin saberlo, creándonos a nosotros, que no dejábamos de ser él. Cada vez que dormía tenía lugar esta ceremonia, donde uno de nosotros se convertiría en el impulso vital de su cuerpo al día siguiente.</div>
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<br /></div>
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Hoy me tocaba a mí, por lo que desaté la bolsa que traía amarrada en la cintura y de ella saqué un poco de polvo con la yema de los dedos. Sin más tardar se lo puse sobre los ojos y esperé a que empezara a reaccionar. Éstos se abrieron y, como si de dos focos se trataran, despidieron una luz tal que nos cegó a todos por unos segundos. Los seres que me acompañaban retornaron con el paso lento y cansado de siempre al lugar que guardaba cada una de sus respectivas puertas y, al cerrarse éstas, todo empezó a girar a una velocidad inconcebible. Empezó a nublárseme la vista y caí inconsciente.</div>
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<br /></div>
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Un dolor en el pecho fue lo que me despertó. Primero abrí un ojo y después el otro. Me encontraba en mi habitación; tocaba empezar un nuevo día. No obstante, me levanté la camisa para ver qué era lo que me había despertado. Asombrado, vi unas marcas que recorrían mis pectorales, las cuales no sabía a qué podían deberse. No recordaba cómo podría habérmelas hecho. De hecho, si no fuera descabellado, juraría que parecían marcas de... cadenas.</div>
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<br /></div>
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Sólo sé que hoy no soy la persona que fui ayer. Pero tal vez mañana sea la que fui antes de ayer. </div>
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Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-1702468352345279162013-06-28T03:05:00.000+01:002013-06-28T03:05:05.001+01:00Recuerdos de la vieja InsomniaCon una contradictoria nostalgia, volvió a una posición en la que pasó noches y noches tiempo atrás.<div>
<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.iagua.es/sites/default/files/imagecache/thumbnail-620x340/Reutilizacion_Agua_Viviendas.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="174" src="http://www.iagua.es/sites/default/files/imagecache/thumbnail-620x340/Reutilizacion_Agua_Viviendas.jpg" width="320" /></a></div>
<div>
Las tejas jamás aceptaron su presencia y, como siempre, continuaban frías. Las nubes bajas parecían tragarse a las montañas. La oscuridad nocturna obligó a apagar las farolas. Todo constituía una negrura punteada con luces difuminadas de algún que otro alumbrado lejano.</div>
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<br /></div>
<div>
¡Cuánto llegó a odiar esa sensación tan familiar¡ Tanto silencio, tanta quietud. Si hubiera gritado, lo más seguro es que retumbara un eco que nunca acabaría. Era todo, era nada. Era él, completa y absolutamente solo sobre su tejado a altas horas de la madrugada.</div>
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<br /></div>
<div>
En raras ocasiones, este contexto hacía fluir la imaginación y creatividad, trasportándole así a dos ideales: aquello que por tantas razones no podía ser y a poner palabras al caos en el que vivía sumido. Sin embargo, la mayoría de las veces permanecía ahí tumbado a merced del tiempo. Las horas se volvían segundos cuando los minutos eran días. </div>
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<br /></div>
<div>
No había frío, no había temor a cualquier peligro. Cualquiera hubiera comparado aquello a una sensación de absurda y temeraria calma, como si de repente los océanos se estancaran y cesara cualquier tipo de movimiento sobre la superficie del agua. Se constituía así como un kamikaze a merced de sus propios sentimientos, los cuales, por una, varias o ninguna razón, no conseguía encontrar.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
Tenía el cuerpo totalmente entumecido, como mimetizado en el tejado. Pasó un tiempo que jamás pudo concretar mirando a un punto fijo en las alturas, aunque sin centrar su atención en él. En ese estado de quietud absoluta podía sentir más que nunca cómo ese cuerpo no era más que una carcasa que ocultaba un interior vacío; una nada que jamás podría explicarse en cualquier libro.</div>
<div>
<br /></div>
<div>
De un momento a otro notó correr algo por su mejilla. Una lágrima. No tenía que ser nada más que una sencilla lágrima para encauzar de algún modo cuanto quería expresar. Pero no, amigos, esa no fue su suerte. Desde luego que era una gota lo que atravesaba su cara. Pero le siguió otra, y otra, y otra más. Había empezado a llover.</div>
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<br /></div>
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Siguió con los ojos mirando al mismo punto, sabiendo que su cuerpo se empapaba. Y digo sabiéndolo porque jamás notó la humedad sobre su piel. </div>
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<br /></div>
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Pasaron las horas, los días, las semanas... o tal vez fueran segundos cuando empezó a amanecer. Sin duda alguna, los amaneceres no eran tan bonitos como se presentaban en cualquier obra de arte.</div>
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<br /></div>
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<br /></div>
</div>
Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-24696161895864989352013-04-24T03:05:00.002+01:002013-04-24T03:05:51.818+01:00Es lo que ves, es vacío<br />
<div class="MsoNormal">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWHe4jWX9TJAOsnCgRkMwV27R7sjK1R5Ec6mMT6tVfFe9OplfYO2ecr0BLtmd1nwlMwxzuyeAOZUM5pTCRDtNBoFzcKgpCMxafAn4qOTJLwbH8hKFLITdwVRUWr6knRexsd4PFABgArrk/s1600/Pegamento+VSD.ORG.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWHe4jWX9TJAOsnCgRkMwV27R7sjK1R5Ec6mMT6tVfFe9OplfYO2ecr0BLtmd1nwlMwxzuyeAOZUM5pTCRDtNBoFzcKgpCMxafAn4qOTJLwbH8hKFLITdwVRUWr6knRexsd4PFABgArrk/s320/Pegamento+VSD.ORG.png" width="320" /></a><span lang="ES-TRAD">El
televisor estaba encendido reproduciendo uno de los múltiples campeonatos
deportivos en los que había robado miles de aplausos a la grada. Uno por uno,
fueron pasando del estante al vídeo y de éste a apilarse en la mesita de al
lado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Giró la
silla en dirección a la estantería de la pared. Ahora miraba sus trofeos,
medallas y diplomas que había ganado años atrás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Volvió
a girar la silla hacia la cama. Sus mejores vestidos se esparcían sobre la
colcha, bien extendidos y planchados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Costosamente,
carraspeó. Era hora de volver a intentar lo de todos los días así que,
apartándose su desbaratado pelo liso de la cara, se levantó en dirección al
baño con las pocas fuerzas que le quedaban.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Solo
iría a mojarse la cara para intentar despertar de cualquier pesadilla en la que
pudiera encontrarse. No obstante, el agua no le devolvió a la realidad que
esperaba cuando abrió los ojos, así que decidió retornar a su espera eterna.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Arrastrando
los pies, anduvo por ese pasillo que se le hacía cada vez más largo hasta
llegar al salón, donde sus padres veían las noticias. Justo al pasar frente a
ellos sintió un mareo y náuseas y buscó algo a lo que aferrarse para no
desplomarse ahí en medio. Alzó la vista y miró a su familia con una vaga llama
de esperanza que no tardo en apagarse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Ellos
seguían ahí, impasibles frente a la apariencia sucia, desaliñada y casi
moribunda de su hija. ¿Es que aún no se daban cuenta? Tal vez la culpa fuera
suya por haber seguido ese camino de éxito desde pequeña, pero no dejaba de
reprocharle en silencio a sus progenitores el hecho de que se cegaran con esa
imagen de ella. Dejó de ser la niña prodigio hace tiempo pero ellos continuaban
embriagados por ello, eran ciegos a cuántos cambios había dado su vida. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Bajo la
mirada y decidió proseguir. Hoy, como de costumbre, no había tenido suerte y
nadie había reparado en cómo estaba. Cerró la puerta de su cuarto casi sin
hacer ruido y se encaminó hacia la bolsa que, ya sin necesidad de esconderla, había
dejado tirada en el suelo. Teniéndola ya en la mano, agarró su silla y se sentó
para inhalar el contenido de la bolsita. Una vez, y otra, y otra… <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Ya
había perdido la cuenta cuando sus párpados empezaron a decaer. Fue en ese
momento cuando, dejando a su espalda sus vídeos, vestidos, medallas y trofeos,
centró su atención en sus nuevas vistas: la única pared libre de objetos de su
habitación.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Antes
de rendirse a la somnolencia, contempló un buen rato esa pared. Dejaba tras de
sí lo que fue en un pasado y miraba a su futuro repitiéndose continuamente lo
que veía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Vacío.
Vacío. Va…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-91025520016864302632013-04-21T02:41:00.001+01:002013-04-21T02:42:02.544+01:00La casa de la caja de música<br />
<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://img67.imageshack.us/img67/9098/niebla1co1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="243" src="http://img67.imageshack.us/img67/9098/niebla1co1.jpg" width="320" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD">A sus
trece años, el joven se dio cuenta de que era una de las pocas ocasiones en las
que abandonaba el ritmo de la ciudad. Dejando tras de sí a las multitudes que inundaban
su día a día, llegó casi sin saber cómo a las afueras de aquel centrifugado
mundo de ruidos, cristales y metal al que los mayores llamaban centro urbano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Llenando
de aire sus pulmones, aprovechó el silencio y la soledad aparente del
descampado para sacar uno de sus cigarrillos y encenderlo. Al tiempo que inhalaba la primera bocanada de
humo, una gran silueta entre la niebla llamó su atención, por lo que se decidió
a avanzar un poco e ir a investigar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Era una
casa. Además, las grietas que recorrían su fachada y el tono desgastado de la
pintura hacían ver que debía estar abandonada a merced del transcurso del
tiempo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Como
hipnotizado, olvidó todo cuanto dejaba tras de sí y comenzó a acercarse hacia
aquella construcción que la niebla quería esconder de su curiosa mirada.
Pisando arbustos secos y nidos de araña, el chiquillo notaba cómo nacía un
deseo por ese lugar tan macabro y extravagante a la vez todo lo demás perdía
importancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Había
llegado, estaba frente a la puerta. Los cuervos que revoloteaban por el tejado
permanecían mudos, a la espera de que el nuevo huésped les diera la bienvenida
pero éste únicamente empujó la puerta. En ese instante, la niebla se tornó más
densa y, abrazándole, le instó a avanzar hacia el interior de la morada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">A cada
paso la madera del suelo crujía. Notaba eclosionar los huevos de los insectos
que habían quedado enganchados en sus zapatillas de deporte pero continuó su
marcha. Estaba ahí. Sobre aquel polvoriento mueble se encontraba una forma
cúbica de madera que, al abrirla, hizo sonar una siniestra melodía que había
permanecido sin oírse demasiado tiempo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">El
joven se acurrucó en el suelo. Todo giraba a su alrededor y sus ojos comenzaron
a sangrar por la velocidad del momento. Mientras millones de arañas tapaban
hasta el último milímetro de su cuerpo, la puerta se cerró de forma brusca. Fue
en aquel instante cuando su cara se desfiguró y se dibujó una vaga sonrisa en
su semblante. <o:p></o:p></span></div>
Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-71360106170147843652013-01-16T00:07:00.001+00:002013-01-16T00:18:55.931+00:00Es ella, es la situación<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcAOx6cD1-VQwKuG4OWl29eoV3hdBwUd8g_pgdPc-ooVy8U8pqsGBm3qNEzWyLGUF-aIBiFt1kXwYgIkVsiGovGtBmmFLGQJqQnB1iXLnbsgbI4jHAZDIdFXn7C_SaiIMKsE35Au-kmUc/s1600/Black-ink-in-water_1920x1200.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcAOx6cD1-VQwKuG4OWl29eoV3hdBwUd8g_pgdPc-ooVy8U8pqsGBm3qNEzWyLGUF-aIBiFt1kXwYgIkVsiGovGtBmmFLGQJqQnB1iXLnbsgbI4jHAZDIdFXn7C_SaiIMKsE35Au-kmUc/s320/Black-ink-in-water_1920x1200.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Hay
veces en las que la situación nos supera y nos da un buen repaso. No contenta
con ello, insiste en continuar y se ceba. Y no creáis que son casos puntuales,
no. En ocasiones te da pequeños respiros para aflojarte una torta en cualquier
momento recordándote que sigue ahí, que no ha sido un sueño, que jamás
escaparás a su yugo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Además,
en su escurridiza cobardía, ataca en esos momentos de soledad en los cuales
sabe que no puedes recurrir a nadie. Su modus operandi, vil y mezquino, tiene
mayores efectos en tales ocasiones. Abre heridas, abre otras nuevas mientras
las primeras cicatrizan, y cuando parece que el primer problema acaba, levanta
las postillas. Es su juego, su macabro pasatiempos, del cual formamos parte y
nunca podremos escapar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Chasquidos
en mi cabeza, puñetazos en el estómago, crujir de huesos. Intenta ignorarlos,
que continuará aumentando su brutalidad. No importa cuánto te resistas, caerás.
Tiene el dominio, posee el control.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD">Y ahora
que la gravedad aumenta, necesito seguir luchando. Es cuestión de tiempo que
vuelva a perder de </span>nuevo la batalla, que mi cuerpo yazca de nuevo en el suelo.
Por eso te pido, por favor, tiéndeme una mano. Ayúdame a erguirme que está
aconteciendo uno de los atardeceres más bonitos que jamás nadie habrá visto en
esta tierra.</div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD"><br /></span></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Calibri","sans-serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">Es mi último deseo, mi última esperanza. Por
favor, te necesito. Tengo que verlo.</span>Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-22911865411591581932012-05-16T21:08:00.000+01:002012-05-16T21:08:25.202+01:00Ojalá todo fuera tan fácil<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
Parar únicamente unos instantes...</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/am0qoLca4PA?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-53260697656479137092012-05-14T02:42:00.001+01:002012-05-14T02:47:23.941+01:00Éramos piedra sin saberlo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrFBshhzwtUO67Ul58YTI1ZVLhUUaN9E23oTQ5VdI58es8oDRlZzAQy1oAiGOwaDYjNFEnLKJsGrUCvZ0JFNH49OvD0qN2Y7sry_Xi1zY8KKi-q2DHEvHany7kUYS6WCJ1VeCjQkObeWw/s1600/blogggg.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrFBshhzwtUO67Ul58YTI1ZVLhUUaN9E23oTQ5VdI58es8oDRlZzAQy1oAiGOwaDYjNFEnLKJsGrUCvZ0JFNH49OvD0qN2Y7sry_Xi1zY8KKi-q2DHEvHany7kUYS6WCJ1VeCjQkObeWw/s320/blogggg.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
Hace mucho tiempo, como cada mañana, un alegre niño salió a jugar al parque. La escena siempre era preciosa; rebosante de energía y felicidad bajaba por el largo tobogán, se columpiaba intentando alcanzar las nubes con las puntas de sus zapatos y llenaba sus rodillas y codos de magulladuras.<br />
<br />
Sin embargo, aquel día todo fue muy distinto. En uno de sus rutinarios juegos, cayó al suelo y se hizo más daño que nunca. Cojeando, fue como pudo a apoyarse en el muro que había frente a su lugar de diversión favorito. Poco a poco, se sentó en el suelo y, abrazado a sus dos pequeñas piernas, permaneció durante años.
<br />
<br />
Desde ahí veía a otros chiquillos jugar donde antes él lo hacía. Intentaba imitar las muecas de sus caras pero ya no podía, su piel empezaba a solidificarse. Además, con el tiempo el parque fue abandonándose a merced de la apatía de los ciudadanos hasta que pasó a ser el lugar preferido de los adolescentes para hacer botellón y demás actos vandálicos.<br />
<br />
Al cabo de cinco inviernos, las nevadas ya habían decolorado completamente el tobogán. Las cadenas de las que pendían los columpios tampoco se quedaron atrás y, con soberanos bosques de herrumbre, chirriaban con cada soplo de viento. El cuerpo inerte del joven ya se mimetizaba por completo con el muro, no obstante sus ojos permanecían abiertos a la espera de nuevos acontecimientos.<br />
<br />
En ocasiones se sentía acompañado por las nuevas gentes que frecuentaban el lugar; prostitutas, vagabundos... todos ellos paseaban por la alfombra de suciedad, jeringuillas y cartones que poblaban el suelo, como si de una alfombra se tratara. A pesar de ello, nadie reparó en la forma extraña que rompía con la homogeneidad del muro.
<br />
<br />
Un día, los párpados de la estatua empezaron a decaer. Cada semana su franja de visión decrecía, amenazando con separar a lo que un día fue un niño del resquicio humano que aún permanecía vivo. Así fue procediendo hasta que, en el séptimo atardecer de septiembre, una mano teblorosa se posó en lo que en un pasado fue su mejilla derecha.
La sangre empezó a fluir en su interior, y los tonos grises de su piel empezaron a cambiar.<br />
<br />
Tras años en aquella posición, levantó la cabeza y miró hacia el frente de nuevo. Había una persona ahí tendiéndole la mano que, sin saber por qué, le resultaba verdaderamente familiar. La piedra volvió a ser carne y de un salto, abrazó a la figura que, con ojos llenos de lágrimas por haberlo encontrado de nuevo, juró con su vida que jamás dejaría a su niño perderse en la frialdad de la roca, porque la vida sería más dura que cualquier muro que rodeara el parque de sus sueños.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-7833193701775472022012-03-06T03:32:00.003+00:002012-03-06T04:35:27.215+00:00Testimonio de la adicciónTodo comenzó más o menos a mitad de curso. Debido a distintas razones dejé de ver el mundo como lo hacía antes. No podía conciliar el sueño por las noches, no saciaba mi apetito de salir adelante, mis notas caían en picado... ni siquiera disfrutaba de las fiestas a las que iba. Todo ello pasó de ser una serie de acontecimientos sueltos a un círculo vicioso que me hacía sentir más frustrado cada día que pasaba.<br /><br />Un día recordé el baile de fin de vacaciones de verano. Por aquel entonces empezaba a salir con gente nueva, me apetecía cambiar un poco de ambientes. Aún me acuerdo de lo sorprendido que quedaba al verlos consumir aquella droga, parecían pasárselo genial. No obstante yo prefería mantenerme al margen en esos temas. Sin embargo esa tarde lo vi claro, quería probar. Necesitaba a toda costa algo que me ayudara a apartar el día a día por un instante y... bueno, sólo iba a ser una vez.<br /><br />Pasó el tiempo y llegó la hora. Era el cumpleaños de uno de ellos, el que en esos momentos era mi mejor amigo. Fue el primero en empezar con su ritual: encendiendo su pipa de vidrio inhaló una gran bocanada. Poco a poco se la fueron pasando uno a uno hasta que llegó mi turno. Mi cuerpo me incitaba a fumar, sin embargo algo dentro de mí me advertía que no sería una buena idea. Agarré con rabia aquel artilugio y, dejando de lado cualquier parte racional de mi ser, absorbí unas cuantas bocanadas.<br /><br />Era genial. Increíble. Inexplicable. Mejor de lo que nunca hubiera imaginado. Por primera vez después de mucho tiempo me sentía realmente vivo, con fuerzas para realizar cualquier cosa que me propusiera. Los problemas que antes me atormentaban a diario pasaron a un segundo plano en el que no eran más que minucias. Era perfecto...<br /><br />Así transcurrió el tiempo y lo que era única y exclusivamente para disfrutar al máximo de las fiestas pasó a ser un hábito. Al fin y al cabo, ¿por qué no iba a hacerlo? Mis amigos consumían desde hacía mucho más tiempo que yo y nunca había pasado nada. De hecho, ellos eran unos adictos y estaban bien, yo jamás llegaría a esos extremos así que no tenía que pasar nada malo. Además, mi energía rebosaba. Dormir ya no me importaba tanto, mi cuerpo no se cansaba. De hecho hasta mis notas habían mejorado. No sabía por qué no había probado antes esto.<br /><br />Poco a poco empecé a enamorarme de ella. Era como si fuera lo único que me comprendiera en este mundo. Mis amigos ya pasaban de este rollo y me decían que parara que se me estaba yendo de las manos. Mis padres empezaron a volverse unos maniáticos y en ocasiones los sorprendía urgando entre los cajones de mi habitación. Mis profesores me empezaron a coger manía, no sabía por qué, pero no había otra explicación para que mis notas estuvieran cayendo como lo hacían. De todos modos me daba igual, mientras tuviera mis dosis diarias lo demás carecía de importancia.<br /><br />Y así llegó finalmente el peor día de mi vida. Llevaba sin consumir nada desde hacía casi doce horas y mi cuerpo empezaba a descontrolarse. Esto se debía a que mis padres me habían castigado por mis malas calificaciones y no pude conseguir mi dosis. Cada minuto que pasaba sentía más odio hacia ellos, hubiera tirado la puerta abajo y les hubiera hecho cualquier cosa a modo de venganza. <br /><br />Por la noche, cuando todos dormían en casa, no pude más. Lo necesitaba en ese momento y haría cualquier cosa para conseguirlo. Fui al salón y cogí la pistola de mi padre. Con ella en el bolsillo de la chaqueta salí a la calle y corrí hacia la farmacia de guardia más cercana. Justo antes de entrar, me puse mi capucha y saqué el arma. Entre dando voces, mis ojos inyectados en sangre miraron fijamente a la dependienta y le exigí que me diera los medicamentos con los que podría hacerme unas cuantas dosis. Ella me suplicaba que no le hiciera nada que me daría lo que le pidiese mientras que por mi parte empezaba a perder la noción de todo lo que me rodeaba. Le quité el seguro a la pistola. Iba a matarla, ella sólo era un obstáculo que me impedía conseguir lo que quería. Justo en el último momento, unas luces empezaron a cegarme. Me giré consumido por la rabia hacia ellas para ver qué demonios era y entonces...<br /><br />¿Qué había sido de mí?¿Qué acababa de hacer? A mis dieciséis años estuve a punto de matar a una persona. Créame doctor, en el momento que vi a todos aquellos policías apuntandome con sus rifles la realidad me abofeteó de lleno. No sabía como había llegado a ese punto... todo había empezado por querer probar.<br /><br />Decían que las metanfetaminas serían el mejor viaje de mi vida. Que me ayudarían a pasar mis exámenes. Que me ayudarían a olvidar mis problemas. Que serían divertidas.<br /><br />Mentían doctor, mentían.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-80048264197828160322012-01-18T01:20:00.003+00:002012-01-18T02:12:59.396+00:00Peticiones del alma<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmm9T0olxNkDAF5aSw4wKuqowkQg2JGAOVBQpuapsFF-8f8guMOlFF8pk5aac0SYPjkwlrAr0l8bVinPujKuA9tvtZPoRWP2nPMchPwQwZV1QsBFj-FZNHA70_MvML08Y_7YtksKRkc8s/s1600/FotoRelato.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 240px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmm9T0olxNkDAF5aSw4wKuqowkQg2JGAOVBQpuapsFF-8f8guMOlFF8pk5aac0SYPjkwlrAr0l8bVinPujKuA9tvtZPoRWP2nPMchPwQwZV1QsBFj-FZNHA70_MvML08Y_7YtksKRkc8s/s320/FotoRelato.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5698789235705696114" /></a><br />El cielo aún no había empezado a clarear. Llevaba toda la noche buscándolo y, cuando al fin lo encontré, me sentí realmente satisfecho. Lo saqué del estuche, le limpié cuidadosamente el polvo acumulado por el tiempo y salí de casa con determinación.<br /><br />Iba descalzo pero no me importaba, quería sentir el mundo por última vez. Las flores parecían iluminarme el camino con gotas de rocío que sollozaban por mi partida. Además, soplaba un airecillo cálido que me animaba a no parar y mirar hacia lo que dejaba tras de mí. Había llegado mi momento.<br /><br />Me coloqué en el claro de hierba que estaba al borde del acantilado y respiré profundamente. ¿Cuántas veces había venido a este lugar? Había perdido la cuenta. Justo al lado de donde me encontraba, había ahora una zona de tierra removida y, encima de esta, un ramo de flores. La miré fijamente y una fuerza desconocida me dio el valor para continuar. Agarré con fuerza mi violín y empecé a tocar una melodía jamás escuchada antes.<br /><br />Cuando empecé mi concierto, el rocío que impregnaba el lugar empezó a brillar y a elevarse hacia el cielo, asemejándose a estrellas que venían a despertar al Sol al amanecer. Cada gota era un fragmento de mi vida. Mi primer diente de leche, mi primer amor, el camión de juguete que tanto disfruté, mis veranos en el pueblo, mi graduación, el nacimiento de mis dos hijos...<br /><br />No sé cuanto tiempo estuve tocando, intenté disfrutar de ese momento todo lo que pude. No obstante, llegó el momento de la última nota. Volví a mirar la tierra que, con forma rectangular, resaltaba en aquella pincelada de hierba. Y ahí, al lado de mi propia tumba, puse punto y final al concierto de mi vida a la vez que el primer rayo de sol, acompañado de un soplo de viento, hacía de mi cuerpo motas de polvo que viajaron hasta el horizonte.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-49196743697639485902011-10-19T00:55:00.000+01:002011-10-19T20:42:56.504+01:00Ante la muerteAlgo te atraviesa. Una onda de choque te da de lleno y te deja sin respiración.<br /><br />Te congelas. Notas tus tendones, músculos y hasta el último nervio en tensión. No obstante, sorprende tanto que llega a ser efímero.<br /> <br />Pronto olvidas tu cuerpo y los únicos que responden son tus ojos. Tus párpados caen, se desvanecen, fallecen. No, ni te molestes por ellos; jamás volverán. No apartas la mirada. No te lo crees. ¿Acaso respiras? Ni lo sabes ni te importa.<br /><br />Los ruidos a tu alrededor desaparecen. Se oyen lejanos, como un eco que rehulle a tu audición.<br /><br />Lentamente y sin saberlo, dejas de ser una persona y te conviertes en una masa de aire que se mueve al son de la más ligera brisa. Te tambaleas. Bailas al son del duelo que comienza con campanadas de muerte.<br /><br />Lo que antes fuiste se olvida. Te escondes en tu interior, en esa caverna húmeda, oscura y fría. Te acurrucas agarrándote las piernas. El mundo parece resetearse e ignora que hayas existido. Sólo esperas a que alguien venga a rescatarte. Mientras tanto millones de preguntas colapsan tus neuronas. Todo eso en lo más hondo de tu ser, donde ni siquiera tú eres capaz de observarte.<br /><br />Por instantes, tus ojos se resecan y te obligan a parpadear. Tu cuerpo queda maldito. Desde este momento serás un errante. Una carcasa sin ilusiones, sin objetivos, sin esperanzas.<br /><br />Ahí es cuando tu vida cambia y te das cuenta de que la persona a la que no has dejado de mirar es a un ser querido muerto.<br /><br />Él se ha ido.<br /><br />Y tú también.<br />Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-58925433741359623492011-09-29T00:12:00.000+01:002011-09-29T00:13:22.544+01:00Visiones del pequeño M. IIISólo con recordar aquel día me emociono.<br /><br />Me llamaste esa mañana para quedar, pero observaste lo mal que estaba. Sabías como era y jamás lo admitiría. Colgamos pero tú empezaste a atar cabos y descubriste por qué me encontraba así.<br /><br />Después de comer volviste a llamar para hablar conmigo, pero te extrañó el hecho de que no estuviera en casa. Preguntaste dónde había ido, pero no sabían a donde. Tú, preocupado, llamaste a algún amigo. Nadie lo sabía así que decidiste salir en mi busca.<br /><br />Mientras tanto, yo había ido a mi sitio secreto. Aquél donde hallaba cobijo cuando nadie podía ayudarme. Aquél donde en otras ocasiones había ahogado mis penas. En un principió había llorado pero, conforme pasaba el rato fui adquiriendo una pose espectral. Con la mirada perdida y el aire dándome en la cara, miraba al horizonte, donde las montañas surcaban una línea que separaba el cielo de la tierra.<br /><br />Ya había perdido la noción del tiempo cuando oí unas pisadas que se aproximaban hacia mí. Conforme la figura avanzaba, los pasos se acortaban y ralentizaban hasta el punto de parar detrás de mi espalda. Yo no moví ni un músculo. No obstante, una cálida mano se posó en mi hombro y, poco a poco, el individuo se sentó a mi lado en silencio.<br /><br />Giré la cabeza y, con los ojos vidriosos, te vi. Eras tú. El único que podía saber dónde encontrarme. La única persona capaz de saber qué hacer conmigo en estos casos. Mi hermano.<br /><br />Me sonreíste y no hiciste nada más. Sabe Dios cuanto rato estuvimos ahí sentados en silencio. Sin embargo, tu presencia me ayudó a no sentirme solo en ese momento.<br /><br />Ahí, en mi sitio secreto. Aunque tal vez para quien realmente me conociese no lo fuera tanto.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-26022285177406831082011-09-29T00:09:00.000+01:002011-09-29T00:11:26.119+01:00Visiones del pequeño M. IIEse día, al igual que los anteriores, había quedado para ir a las piscinas públicas con mis amigos. Como ya teníamos diez años podíamos ir sin nuestros padres, y eso nos daba aún más ganas de acudir a dicho lugar. Le dije de venir a Marcos, pero iría con algunos de su clase porque celebraban el octavo cumpleaños de uno de ellos, así que acordamos que ya nos veríamos por ahí.<br /><br />Ya llevábamos dos horas cuando vi, en la piscina del fondo, al pequeño. Parecía estar esperando a alguien, ya que estaba sólo y fuera del agua. Decidí ir a saludarle. Conforme avanzaba hacia él, contemplé cómo Dani se puso a su lado y empezó a conversar con él.<br /><br />Dani era un niño de nueve años totalmente insoportable. Conmigo ya había tenido algún que otro encontronazo, así que me había cogido una tirria impresionante. Además, al enterarse de mi buena relación con Marcos había estado fastidiándole en más de una ocasión, aprovechando que era un año mayor que él. Por tanto, no esperando nada bueno de él, aceleré el paso para ver por qué estaba hablando con mi hermano.<br /><br />Estaba como a diez metros de ellos cuando Dani empujó a Marcos, haciéndolo caer al agua. Tal vez se diera a sí mismo en la caída ó tal vez le hubiera dado en la cara, no lo sé, pero el hecho de ver que al pequeño le empezaba a sangrar la nariz me hizo entrar en una cólera desmesurada que me aportó la fuerza necesaria para aparecer al lado del abusón en un santiamén. Sin darle tiempo a reaccionar, descargué el mayor puñetazo que jamás he dado en la cara de Dani, dejándolo casi en el suelo del golpe y la impresión.<br /><br />El socorrista, que andaba por ahí, me agarró rápidamente y me sacó de las piscinas, prohibiéndome volver a entrar en un tiempo. Yo, con mi orgullo, me senté en el borde de la acera intentando convencerme de que podía pasármelo bien en otro lugar sin el estúpido de Dani y ese estirado socorrista.<br /><br />Llevaba cinco minutos sentado en el suelo e inmerso en mis pensamientos cuando el ruido de la puerta de las piscinas abriéndose me desveló. Giré la cabeza y una pequeña figura se dirigió hacia mí. Tras esto, se sentó a mi lado. Era Marcos. Con un pequeño trozo de papel en la nariz y una mueca de tristeza en la cara me dijo:<br /><br />“Siento mucho que te hayan echado… todo es culpa mía”<br /><br />En ese momento rompí a reír.<br /><br />“Anda calla, que no es para tanto. El llorica ese se lo tenía merecido. ¿Qué te parece si vamos a la plaza? Aquí ya me empiezo a aburrir”<br /><br />El pequeño sonrío. Acto seguido nos levantamos y nos fuimos de aquel lugar olvidando lo que, unos minutos antes, había sucedido.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-19407801387536007732011-09-09T00:57:00.003+01:002011-09-09T01:13:00.918+01:00El mejor día de Miles<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzSP8_2F6m3TXYrUIAkN4w8WsnycLREP-tnA9GzM_Ia4RRokXsnuxA3XLLU668vKsX4VMnfzNJ2LF9x0eUNPqGpqSROmxGHvpJAlVBUGjJ9QgblV-WiKA2wKqxyf_rOGsDPel0DFXG1OqW/s320/nino_triste-ss.jpg"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 250px; height: 250px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhzSP8_2F6m3TXYrUIAkN4w8WsnycLREP-tnA9GzM_Ia4RRokXsnuxA3XLLU668vKsX4VMnfzNJ2LF9x0eUNPqGpqSROmxGHvpJAlVBUGjJ9QgblV-WiKA2wKqxyf_rOGsDPel0DFXG1OqW/s320/nino_triste-ss.jpg" border="0" alt="" /></a><br />Era mi primer día en los Scouts. Tenía poco más de tres años y lo recuerdo como si fuera ayer. Nadie, a excepción de mi hermano, me había respetado nunca y esa vez no sería menos, ya que era de los novatos del grupo y, como en la mayoría de las asociaciones, tocaba ser de los pringadillos. Mi hermano era de los más veteranos; tenía ocho años y era un verdadero líder. Nadie era capaz de burlarse de él.<br /><br />En un momento de excitación debido a los nervios, el miedo y la vergüenza, no pude controlarme y me meé encima. Un niño de cinco años se me acercó y empezó a reírse de mí. Le pedí por todos los medios que callara, no quería que los demás vieran la marca húmeda en mis pantalones, pero él seguía en su afán de ridiculizarme. Llegué a un punto en el que exploté y le grité: “!Cállate, hijo de puta¡”<br /><br />En ese instante se hizo un corto silencio que se rompió con un montón de carcajadas. Por un momento me alegré, pero pronto me acordé de la mancha en mi ropa y me intenté tapar con las manos. La gente, al ver mis intentos fallidos de ocultarla, se fijó aún más y las risas se volvieron más sonoras. No sabía donde meterme, se me caía el mundo y empecé a llorar.<br /><br />No obstante, una mano silenciosa se posó en mi hombro. Era mi hermano. No se reía. Me sacó rápido de la sala y me acompañó al baño. Una vez allí, me quitó los pantalones y me limpió. Tras esto, se quitó los suyos y me los puso. Juntos, volvimos al aula en la que estaban los demás. Abrió la puerta y entramos.<br /><br />Más de una docena de cabezas se giraron hacia nosotros. Sin duda, el mejor día de mi vida.<br /><br />Nadie se rió.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-13634502853473288382011-09-07T23:38:00.002+01:002011-09-07T23:52:01.290+01:00Cris; atada a la sociedad.<a href="http://www.forestall.com.uy/img/cadena_oxidada.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 260px; height: 198px;" src="http://www.forestall.com.uy/img/cadena_oxidada.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><br />Era insoportable. Cris había intentado por todos los medios ser lo que le decían los mayores cuando era pequeña: alguien a quien no le importara el qué dirán, alguien con personalidad, una persona diferente y a la vez única. No obstante, lo único que había conseguido era ser una persona diferente al grupo y excluida, o al menos así se solía sentir. Debido a esto, en muchas ocasiones había tenido que ocultar sus emociones o gustos para no ser mirada como un bicho raro; quería encajar. <br /><br />Ese día no tenía fuerzas de seguir intentándolo, la sociedad había podido con ella. Iba a tirar la toalla.<br /><br />Tras muchos comederos de cabeza, Cris salió vacilante a la calle en busca de gente y, al doblar la esquina, vio la primera aglomeración. Todos, con la mirada perdida, caras pálidas y ropas desteñidas, se meneaban de un lado para otro con movimientos lentos y carentes de sentido. <br /><br />Algo que atrajo la atención de la joven fue la inmensa cadena que serpenteaba a lo largo del grupo. Ésta se ramificaba para atravesar a cada uno de los sujetos que se movían frente a ella, manteniéndolos unidos. Mirando detenidamente, observó un trozo de cadena que reposaba sobre el suelo, a la espera de que alguien se lo colocara. <br /><br />Con las rodillas temblorosas, anduvo hacia el pedazo de metal y lo cogió con su mano izquierda. No estaba extremadamente frío, pero sí lo suficiente como para recordarle a Cris que estaba a punto de traicionar sus principios.<br /><br />Antes de volverse a hechar en cara otro cúmulo de sentimientos contradictorios, agarró con más fuerza la cadena y la hundió en lo más profundo de su corazón. Poco a poco fue notando como perdía el color y el interés por sus aficiones. Además, su temperatura corporal descendía como si hubiera entrado en un enorme frigorífico. Por cada segundo que pasaba sentía que perdía las fuerzas que tuvo tiempo atrás, su cuerpo se entumecía; perdía su libertad.<br /><br />Dos lágrimas de impotencia surcaron su cara para caer sobre la cadena que ahora conectaba su pecho con el de otro individuo. Le quedaba poco tiempo para pensar y no podía quitarse de la mente qué habría pasado si hubiera nacido en una sociedad distinta y sin ataduras. <br /><br />Perdía el conocimiento. <br /><br />Antes de que su mente entrara en trance pudo contemplar que donde habían caído sus lágrimas ahora aparecían manchas de óxido.<br /><br />Lo que en un pasado era Cris entrecerró los ojos y empezó a moverse al son de la multitud.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-62050720932329066832011-06-15T23:54:00.002+01:002011-06-16T00:41:48.794+01:00Estoy pidiendo ayuda<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdqNypyrDEU2U_HlvdAT-lObDRKSXWrNKmbBBxHFDYal-0K4r04P2H8mNppIdfftIPy_Rgr_l1pESui-zWLMRyqS9KgOIy-1qucFXfAmuGUWvkSO7eRgsoTyCZrhHdSTawoV8Qwk4PM-Id/s400/golondrinas-pozo.JPG"><img style="float:right; margin:0 0 10px 10px;cursor:pointer; cursor:hand;width: 275px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdqNypyrDEU2U_HlvdAT-lObDRKSXWrNKmbBBxHFDYal-0K4r04P2H8mNppIdfftIPy_Rgr_l1pESui-zWLMRyqS9KgOIy-1qucFXfAmuGUWvkSO7eRgsoTyCZrhHdSTawoV8Qwk4PM-Id/s400/golondrinas-pozo.JPG" border="0" alt="" /></a><br />Sin saber tan siquiera cómo, me encontré de repente en lo más profundo de un pozo. Las ropas mojadas, el agua que alcanzaba mi cintura y la escasa luz que se colaba por el agujero que parecía estar a kilómetros de distancia me hacían tiritar de frío. Perdía mi calor cada vez que escupía bocanadas de vaho al ritmo de mi respiración. <br /><br />Hacía horas, miles de cabezas distintas se habían asomado para darme ánimos y decirme que no me preocupara, que pronto me sacarían de ahí. Familiares, amigos, conciertos benéficos, cámaras de televisión, bomberos; todos me rescatarían.<br />No obstante, como si se olvidaran de dónde permanecía a su espera, fueron yéndose. Las voces empezaron a perder su número, el ánimo se convirtió en despreocupación y poco a poco llegó la noche.<br /><br />Debido a la falta de ayuda intenté salir por mis propios medios. Agarré uno de los ladrillos y empecé a trepar intentando engancharme en cualquier recoveco que pillara.<br />Sólo llevaba cerca de tres metros escalados cuando una figura se asomó y, mirándome con desprecio, dijo:<br /><br /><em>"Estás distraído"</em><br /><br />Caí. Era como si una onda expansiva hubiera salido de aquella boca y, quitándome todas mis fuerzas, me hubiera puesto en el punto de partida. <br />Volví a intentarlo. Me aferré con la mano derecha, luego puse un pie, después el otro y la luz desapareció. Levanté la cabeza y vi a otra persona.<br /><br /><em>"Puedes dar más"</em><br /><br />Volví a precipitarme al vacío. Esta vez estaba seguro, esas palabras me congelaban los músculos y me quitaban cualquier esperanza de salir. Con estas conclusiones empecé a transformar mis ganas de salir en un pánico unido a un instinto animal de supervivencia que me llevó a querer escapar de ahí antes de que fuera demasiado tarde.<br /><br />Con todas mis fuerzas empecé a escalar como alma que lleva el diablo, pero esta vez no fueron sólo palabras lo que me golpeó. Agua con una fuerza semejante a la de una catarata rompió a caer sobre mí. Horrorizado pude contemplar cómo todas las personas que por el día habían estado pendientes de mí me arrojaban cubos de agua y, con cada cubo una frase distinta.<br /><br /><em>"Me tienes harto", "No comes bien", "No das lo que deberías", "No sales de este pozo porque no quieres", "Jamás escaparás porque no te lo propones", "Eres un inútil", "Cualquiera podría salir de ahí"...</em><br /><br />Batallaba por respirar. Mi pequeña cárcel se inundaba y yo luchaba por no ahogarme, pataleando por mantener la cabeza fuera del océano que tenía bajo mis pies. <br /><br />De repente todo cesó. Silencio. No había nadie, el nivel del agua no seguía subiendo. ¿Qué pasaba ahora?<br /><br />Un ruido. Gruñidos de gente haciendo fuerza. De nuevo el ruido. La luz menguó. Cuando alcé los ojos para ver qué tapaba ahora la boca del pozo contemplé totalmente horrorizado que era una enorme piedra. Pensaban dejarme ahí y tapar mi única salida.<br />Intenté gritar pero, de la angustia, no salió ningún sonido de mi garganta. <br /><br />Un estrepitoso golpe me anunció que ya no había escapatoria. Risas, gritos de odio, rugidos de bestias. Todo eso sonaba en conjunto como una orquesta que celebraba algo al otro lado de la piedra. Una melodía de muerte que con el grito de <em>"No sirves para nada" </em>me quitó las ganas de seguir a flote con mi vida. <br /><br />Y así, dejando de mover las piernas, me hundí en lo más profundo del mar de desesperación líquida que mojaba mis vestiduras, mi pelo, mis ganas de seguir adelante.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-64760479158345214572011-06-03T00:18:00.005+01:002011-06-03T01:12:39.557+01:00Ana ama a Rexia.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilivwRE1-ZWOoUjO75t9ZLJPKyPWFggyWJrY1D78KP4UXOHC_NIa-e0D4roIm3MgiaP7hrhvq0Yh9SxJ4T2vKx-jDNeos-XORc0nGOcGgiSaTdlW94YoKhmzEbUJ1caplNibauXLo_FhPp/s1600/simbolo-comida.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 240px; height: 188px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilivwRE1-ZWOoUjO75t9ZLJPKyPWFggyWJrY1D78KP4UXOHC_NIa-e0D4roIm3MgiaP7hrhvq0Yh9SxJ4T2vKx-jDNeos-XORc0nGOcGgiSaTdlW94YoKhmzEbUJ1caplNibauXLo_FhPp/s1600/simbolo-comida.jpg" border="0" alt="" /></a><br />Volvió a mirar a su plato y tragó saliva. Llevaba incontables vasos de agua pero lo único que había hecho con su comida era moverla de sitio y cortarla innumerables veces. Su abuela, la única persona que vivía con ella, comía a su lado pero no le prestaba atención. En ese momento, Ana se levantó y dijo que comería en su cuarto ya que tenía mucho que estudiar.<br /><br />Una vez allí, sacó la bolsa de su cajón y arrojó la comida dentro. No pensaba comer. De hecho llevaba un par de semanas sin probar a penas bocado, exceptuando alguna manzana y algo que se veía obligada a ingerir para que los demás no sospecharan. No obstante, tenía hambre así que se puso los auriculares y empezó a escuchar canciones en su mp4 para pensar en otra cosa.<br /><br />A sus diecisiete años estaba sola. Su madre había muerto tiempo atrás y su padre trabajaba fuera, viniendo a casa los fines de semana y algún otro día que le era posible. De resto, su abuela había venido a vivir con ella, ya que no podían dejar a un menor viviendo solo, no era legal. Sin embargo, Ana cuidaba más de ella que al revés, por lo que podía llevar a cabo sus planes sin problema y sin obstáculos. Al fin y al cabo, vivía con una persona mayor que no se enteraba de la media a la mitad y menos controlada estaría si se aislaba en su cuarto "estudiando".<br /><br />De nuevo la comida empezó a rondar sus pensamientos. Irritada, se reprochó su debilidad y mordió sus labios para sofocar el impulso de ir a la cocina y devorar todo lo que encontrara al abrir la nevera. No quería volver a ser la maldita gorda que era antes. No quería volver a pesarse y derrumbarse en llantos. No quería sentir las miradas de los demás cada vez que andaba por los pasillos del instituto. No... Quería ser lo que otras en su situación llamaban "princesa".<br /><br />Además, tenía que demostrarse a sí misma que era capaz de lograr su objetivo. Vivía bajo unas normas que no la dejaban ni respirar y comer o no era lo único que podía controlar. Pero esto no era la verdadera razón por la que actuaba así. <br /><br />En un arranque de franqueza se desveló a sí misma su secreto. La realidad. La causa de sus acciones. Quería mostrarle a todo el mundo como sufría. Cuando pasó lo de su madre todos la apoyaron, pero al pasar un mes todo volvió a la normalidad. Bueno, todo menos ella. Le exigían lo mismo que a los demás, ya no le tendían una mano, no le preguntaban si estaba bien. Para ellos todo había vuelto a su cauce, pero la realidad distaba mucho de ese pensamiento. <br /><br />Adelgazaría. Estaba claro que adelgazaría. Su meta eran los 42 kilos. A esas alturas la gente empezaría a preocuparse por ella de nuevo y se darían cuenta de que jamás había estado bien. Muchos ignorantes la tacharían de masoquista pero ella sabía que era una luchadora, una guerrera que llegaría al triunfo y que jamás aceptaría ni admitiría una derrota.<br /><br />Se lo demostraría a todo el mundo. Se lo demostraría a ella misma. Ana sobrepasaría el límite si era necesario. Sólo una cosa podría frenar su avance en seco: la muerte.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-72355177134458973252011-05-27T22:34:00.001+01:002011-05-27T22:34:54.416+01:00Visiones del pequeño MPor aquel entonces todo iba bien. El verano de mis catorce no distaba de como lo había idealizado: alegría, amigos, buen tiempo, tranquilidad, estar el menor tiempo posible en casa…<br />Tras haber desayunado, Marcos y yo salimos a encontrarnos con los demás en la plaza. De allí, teníamos pensado subir al monte del Perdón, donde comeríamos, para volver al atardecer. <br />A pesar de que Marcos tenía dos años menos que yo, lo aceptábamos en el grupo como a uno más. Al fin y al cabo, era parte de nuestra gran familia, sobretodo por lo que a mi respectaba. Así, cuando hubimos distribuido el agua, la comida y demás cosas que habíamos pensado llevar, empezamos la marcha.<br />En un principio partimos como un grupo homogéneo pero, conforme avanzábamos en el camino, fuimos dividiéndonos en grupos. Nira y yo íbamos con Marcos, que al ser el más pequeño, se cansaba antes. Por ello acabamos distanciándonos del resto hasta el punto de no verlos.<br />Llevábamos más de una hora andando y decidimos parar un rato a la sombra de un árbol para beber un poco de agua y reponer fuerzas, pues el pueblo donde habíamos acordado encontrarnos con los demás ya se veía y no tardaríamos en llegar. Mientras Nira y yo hablábamos de nuestras cosas, Marcos fue a mirar una cosa que le había llamado la atención al borde del camino.<br />“¡Pablo!” se oyó. Corrí hacia donde había ido el pequeño y lo vi tendido en el suelo señalando su tobillo a la vez que sollozaba. Me agaché y le quité la deportiva. Él me dijo que le dolía mucho, por lo que dedujimos que igual se lo había torcido. En ese momento se me cayó el mundo encima. En primer lugar, estábamos a un rato de alcanzar a los demás, y si veían que no llegábamos se preocuparían. Por otro, estábamos a más de hora y media del principio y, además, no había cobertura. <br />Tocaba pensar con mente fría, así que analizamos la situación. Yo regresaría al pueblo con Marcos, y Nira avisaría a los demás. No obstante no podía dejarla sola, ya que los otros estaban a media hora de camino. <br />Nira me ayudó a inmovilizar un poco el pie del pequeño con su pañuelo y lo cogí a la espalda. Como no era muy alto para su edad pude con él fácilmente, así que empezamos el camino para acompañar a mi amiga con los demás.<br />Una vez allí, varios se ofrecieron a acompañarme de vuelta a nuestro pueblo pero me negué rotundamente. Debían disfrutar del día, yo podía encargarme de esto sólo. Como me vieron bastante empeñado en ello, no lo discutimos demasiado ya que había que ir al hospital, así que me dieron varias botellas de agua y me despedí.<br />Al reanudar la caminata, saqué tema rápido para distraer a Marcos y hacerle olvidar un poco el susto que llevaba encima. Así estuvimos un largo rato, parando de vez en cuando para tomar un poco de agua y descansar.<br />Ya eran cerca de las dos y media y el hambre empezaba a notarse. Paramos en la laguna del camino y sacamos los bocadillos. Marcos se comió el suyo rápidamente y yo, a pesar de que tenía el estómago vacío, partí a la mitad el mío y se lo di. Tenía que comer, que el pobre ya llevaba una buena encima. Además a mi no me importaba pasar hambre. Al acabar volví a subirlo a mi espalda y regresamos al camino.<br />Ya podíamos ver las casas del pueblo. Debido a que no paraba de contarle y preguntarle cosas, Marcos había conseguido incluso sacar alguna sonrisa, olvidando momentáneamente el dolor.<br />Fue entonces cuando me abrazó más fuerte y me dio un pequeño beso en la mejilla.<br />“Te quiero hermano…”<br />Yo sólo pude responder:<br />“Yo a ti también enano, yo a ti también”.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-32762072029857176042011-05-18T17:44:00.004+01:002011-05-18T18:17:43.904+01:00Patri no lo sabe muy bien<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiePNprqffqA-ZKA5xKcm3exQA4xWAuSm438-j79C-c1autlcwDknMcqpFy3eNnqhq6vTIQ-HpaZU4QykFSc76kXiWm6saF-ZfdyMb4W4AWWDzvkY9puZrZQvP9FdFUMQmLz3p1WqKhmjE/s1600/bolten-juturna.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 278px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiePNprqffqA-ZKA5xKcm3exQA4xWAuSm438-j79C-c1autlcwDknMcqpFy3eNnqhq6vTIQ-HpaZU4QykFSc76kXiWm6saF-ZfdyMb4W4AWWDzvkY9puZrZQvP9FdFUMQmLz3p1WqKhmjE/s320/bolten-juturna.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5608106541626433250" /></a><br />Patri llevaba unos días sin rumbo, sin saber qué hacer ni cómo reaccionar ante lo que se ponía en su camino. Había empezado a ser una persona vacía, incapaz de encontrar un por qué a todo lo que sentía. Por tanto, decidió ir a dar una vuelta para tomar un rato el aire y reflexionar sobre lo sucedido hacía una semana.<br /><br />Su sitio favorito en estas ocasiones era el acantilado donde se encontraba la vieja fábrica de textiles, abandonada desde hacía años tras entrar en bancarrota. En consecuencia, cogió su mochila y se dirigió hacia allí.<br /><br />Cuando llegó, saltó la verja que custodiaba la entrada y se sentó en una de las máquinas que, con las prisas de buscar otro trabajo, los obreros habían olvidado recoger.<br /><br />Había pintadas por las paredes, botellas de cristal rotas por el suelo y algunas cadenas que colgaban del techo. A pesar de ello, el silencio sepulcral sólo se veía interrumpido por alguna que otra rata que regresaba o salía de su madriguera. Así sí que Patri podría pensar agusto. En su escondite nadie la interrumpiría ni vendría a recordarle lo desordenada que estaba su habitación o que tenía que estudiar.<br /><br />Ya llevaba cerca de media hora pensando en sus cosas cuando notó que hacía bastante calor allí dentro, por lo que salió al acantilado a tomar un poco de aire. Una vez ahí, empezó a enfadarse consigo misma debido a que, a pesar de haber tenido un gran rato de meditación, no había sacado ninguna conclusión útil de por qué no sabía lo que sentía. Adelanto un pie y se asomó para ver la estrepitosa caída que le aguardaba si pisaba en falso. Una muerte segura.<br /><br />De repente, abrió su mochila y sacó el cuchillo que había cogido de casa. Acababa de encontrar la solución a sus dudas. Si algo había que podía sentir, eso sería el dolor.<br /><br />Agarró con fuerza el mango y hundió la hoja del arma blanca en lo más profundo de su pecho. Con un hilillo de sangre que salía de su boca, podía verse dibujada una sonrisa en ella. Había encontrado la solución.<br /><br />Así, dando un salto con las últimas fuerzas que le quedaban, se arrojó en picado hacía lo más profundo del acantilado. Mientras caía, el aire movía su flequillo. Las olas, por su parte rugieron como si de leones se tratara.<br /><br />Ella sabía muy bien que no era en agua en lo que caería.<br /><br />Se extendía frente a ella el mar de la morfina.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-35367257172676641962011-05-17T23:47:00.006+01:002011-05-18T00:28:06.323+01:00Cris no tiene máscaraCuando consiguió conciliar el sueño, Cristina empezó a revolverse sobre su cama. Parecía que el hecho de ser muy expresiva se reflejaba incluso cuando dormía, dando vueltas sobre el colchón, agitando a ratos su respiración.<br /><br /><br />Mientras, en su mente, aparecía un mundo perfecto: colinas verdes, flores, pájaros revoloteando. Sonriente, contempló cómo todo estaba coronado por el mayor Sol que podría haber imaginado jamás.<br /><br />No obstante, algo le incomodaba. Una tímida ráfaga de aire frío le pasó por el cuello y todo cambió. De las colinas empezaron a surgir ventanas y puertas. Las flores crecieron y echaron a andar. El piar de las aves pasó a ser un atronador ruido de coches. Por último, el Sol se echó a llorar, convirtiéndose cada una de sus lágrimas en farolas que alumbraban calles sin fin. Había nacido la ciudad.<br />Cristina, aterrada, gritó. Sin embargo, ni una de las personas que pasaban a su lado se inmutó.<br /><br />Cogiendo a una de ellas por el hombro, le preguntó casi con lágrimas que habia pasado. Al voltearse la figura, Cris pudo contemplar una cara inerte. Una... careta. Giró trescientos sesenta grados y, horrorizada, vio cómo cientas máscaras la miraban con sus ojos muertos. <br /><br />Un movimiento. El hombre, al que seguía agarrada, levantó los brazos y se los pasó por detrás de la cabeza. <em>Click</em>. La careta cayó al suelo. El hombre no tenía cara alguna. Cientos, miles, millones de "clicks" se oyeron. Cris volvió a girarse y vio infinidad de personas iguales a la que tenía tras de sí.<br /><em>"No sentimos como tú. Jamás lo haremos. No percibimos las cosas como tú. Jamás lo haremos. De hecho... nos importa una mierda."</em> - se oyó.<br />De repente, todos explotaron, llenando el ambiente con un humo de color púrpura. ¿Nadie... nadie podía sentir como ella? Entonces...<br /><br /><br />Buenos días Cristina, es hora de levantarse. Era su madre. Todo había sido un mal sueño. A pesar de ello, aquellas palabras seguían en su mente.<br /><br />"Buenos días mamá, ¿que hora..."<br /><br /><em>-"Click"</em><br /><br />Su verdadera pesadilla acababa de comenzar.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-6833927946702388542011-05-16T23:34:00.002+01:002011-05-16T23:50:45.298+01:00Bea se refleja en la realidad.Como de costumbre, Bea se levantó sistemáticamente de la cama sin pensar si quiera la hora que era ni si debía acabar alguna que otra tarea.<br />Tal vez esto hubiera tenido importancia en un pasado, pero ya no. Bastante tenía con lo suyo como para seguir el ritmo de la gente.<br />Se acercó a la ventana y tuvo que entrecerrar los ojos al correr las cortinas. Cuando se acostumbró a la luz, no cambió ni un ápice de expresión, total, ¿para qué? <br />Todo seguía igual. Los árboles, las nubes, las montañas... Todo seguía, irremediablemente igual.<br />Tal vez a primera vista parecería vivir una vida plena, pero su mirada perdida escondía la represión de una lucha interna de sentimientos que creía que nadie jamás podría entender. Tal vez fuera eso por lo que no había decidido contarles nada de lo sucedido a sus amigos, o a lo mejor no los quisiera preocupar, o incluso no eran tan buenos compañeros como siempre había creido. Lo ignoraba. Es más, no quería saberlo.<br />¿Sus padres? A saber. Con ella, desde luego no. Cuando no trabajaban tenían que atender a las necesidades de su hermana pequeña. Era como si a Bea la hubieran olvidado, dándole comida y cama en su casa, pero nada más.<br />Un pájaro la desveló de sus pensamientos, recordándole que tenía que arreglarse para ir a la boda de su primo. Así, se dirigió hacia el baño para lavarse un poco la cara y despejarse de lo demás.<br />Todo le daba vueltas, quería correr, gritar, llorar, no verse en ese maldito espejo que le recordaba todos los días que seguía su pesadilla. En un arranque de ira, lanzó su peine hacia él, partiéndolo en múltiples pedazos.<br />Solo unos pocos quedaron en el marco. En ellos estaba ella, desfigurada, irreconocible... tal y como se sentía por dentro. En los del suelo, lejos de ella sus amigos, familia y conocidos.<br />Estaba sola.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-63798515162732399582011-05-10T03:01:00.000+01:002011-05-10T03:02:12.630+01:00Recuerdos son lo único que quedaSon las 2:50 de la mañana de un martes. Me hundo en la desesperación. Mi madre murió el 5 de enero de este mismo año. Es duro, lo sé. A mi tan corta edad perder a la persona que más me conocía, junto con mi padre a la que más quería, la que no se separó nunca de mi a pesar de lo fuerte que le dio la vida, la que luchó hasta el último momento, es uno de los mayores golpes que me dará jamás el mundo. Eso se ve últimamente en mi estado de ánimo, mi insomnio, mis pocas ganas de comer y mis crisis de ansiedad y depresión que sufro a momentos.<br />Todo el mundo me ha animado y me ha ayudado a estar de pie cuando quería estar tirado en el suelo llorando. Llorando de dolor, de rabia y de pena. ¿Por qué la vida se ensañó tanto con ella? ¿Por qué nos pasó nosotros? Tengo que aceptar que no hay respuestas. A lo que si que las hay es a qué se debió su muerte. A cáncer. Su cuarto cáncer, para ser más exactos. <br />Todo empezó cuando yo tenía la edad de alrededor de un año. Los médicos no le daban más de tres meses, pero gracias a su tesón, lucha, sacrificio y las fuerzas con las que se aferraba a sus ganas de vivir, salió adelante. <br />Dieciséis años después, tras haber tenido dos recaídas más, no pudo con la tercera. Una tercera que fue, tal vez, enmascarada. En un principio pensé que todo saldría bien, mi madre era invencible. Estaba bastante triste, lloraba todos los días, pero allí estaba yo, haciendo lo posible para que sacara una sonrisa. <br />Se acercaban las navidades, y como otros años, pensábamos ir a Navarra, la tierra de donde ella procedía y donde tenía a su familia. Esta vez puso bastante empeño en ir, cosa que achaqué a que querría apoyarse en los suyos para sacar fuerzas, algo normal. No tardamos en comprar los billetes de ida y vuelta, aunque jamás imaginé que alguien dejaría uno sin usar.<br />Ya allí, seguía con sus malestares; la quimioterapia no es algo fácil de llevar. A pesar de ello, siempre conseguía sacar una buena cara al mal tiempo y era la primera que quería que saliera con mis amigos a pasármelo bien.<br />Así pasaron los días y llegó el nuevo año. A pesar del cansancio, estuvo presente con todos nosotros cuando dieron las campanadas pero, al día siguiente, en año nuevo, ingresó en el hospital porque no se encontraba muy bien. Ese mismo día, mi padre tenía que volver a Canarias por motivos del trabajo. No olvidaré como, cuando se la llevaban en la ambulancia, lloraba diciendo que no lo volvería a ver. Mi padre le prometió que cuando acabara con las reuniones volvería para que regresáramos los tres juntos en avión, que no se preocupara.<br />Los días siguieron y yo la iba a ver al hospital. La cara al verme siempre irradiaba felicidad, complicidad y levantaría el ánimo a cualquiera, por lo que suponía que cada día estaba mejor. El 4 de enero decidí darle una sorpresa. Como me habían invitado a un cumpleaños por la mañana, cogí el autobús una hora antes y me presenté en el hospital sin previo aviso.<br />Llegué y no estaba en la cama, pero su compañera de habitación me dijo que había ido al baño. Esperé. Cuando cruzó el umbral de la puerta, junto con mi tía que había pasado la noche en el hospital, me dio un fuerte abrazo mientras sonreía feliz. Estuve hablando con ella un rato, pero a los veinticinco minutos se la llevaron a hacer una prueba que estábamos esperando. Esto me alegró bastante, ya que después de hacérsela era cuestión de un par de días para que le dieran el alta.<br />Cuando el enfermero se la llevaba en la camilla, se le cuajaron los ojos, me dio un fuerte abrazo y un beso a la vez que me decía cuánto me quería. Yo me despedí haciendo una pequeña gracia y vi como se alejaba por el pasillo, desapareciendo tras la esquina.<br />De ahí fui al cumpleaños, del que volví a la noche. Al llegar a casa de mis abuelos me dispuse a llamarla, pero me dijeron que ya lo habían hecho y que no se había puesto porque estaba un poco mareada, según mi tía. Prometí que la llamaría a la mañana siguiente y fui a mi cama. Como en los días anteriores no concilié el sueño, y estuve despierto hasta las cuatro y pico de la mañana, admirando un cielo rojo que se veía a través de la ventana de mi cuarto hasta que acabé durmiendo profundamente,<br />Un golpe. ¿Qué era eso? Estaba todo muy oscuro aún. Miré la hora: las seis y pico de la mañana. Mi puerta crujió y entró mi tío. ¿Qué diablos pasaba? Me levanté casi sin darme cuenta por el sueño mirando con extrañeza hacia la persona que acababa de entrar y, antes de ser capaz de formular pregunta alguna, de la boca de mi tío salieron las palabras:<br />“Pablo, que tu madre se ha puesto mal de repente, ¿vienes al hospital?”<br />Sin dudarlo, di un brinco de la cama quitándome todas las cadenas que hacía minutos me ataban a ella. Me vestí más rápido que nunca y… voces. No, no, no. Sollozos. Mi abuela lloraba desconsolada mientras la voz de mi abuelo intentaba calmarla.<br />La frase de mi tío volvió a mi cabeza. ¿Qué quería decir con “se ha puesto mal”? En una de estas lo agarre con fuerza por el hombro y le pregunté:<br />“¿Cómo que se ha puesto mal?”<br />Silencio.<br />Mi cara empezó a cambiar el semblante.<br />-“¿Se va… a morir?”<br />-“Vete… vete haciéndote a la idea de que seguramente no pase de esta noche”.<br />Mis rodillas vacilaron. Mi cara jamás había adquirido esa expresión. Todo a mi alrededor empezó a dar vueltas. ¿Podía ser eso verdad? Empecé a impacientarme por ver que no me despertaba de ninguna pesadilla y caminé hacia la puerta, donde me apoyé como pude. <br />“¡Vamos!” grité.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-65722045009837516822011-03-18T01:31:00.002+00:002011-03-19T16:18:16.351+00:00Chris se despierta en ciudad paranoiaChris se acababa de levantar. Todo seguía igual que la noche anterior: las latas invadían su mesa, los papeles dormían en el suelo, la cortina bailaba suavemente. Aunque, en realidad, había algo que no encajaba. ¿Qué podía ser?<br /><br />Se puso una camiseta y miró por la ventana. Todo era completamente agobiante. Coches, calor, multitudes. El mismo ritmo de siempre.<br /><br />Sintió entonces que se asfixiaba. Se le nublaba la vista y algo le subía por la garganta. Apresuradamente, abrió la puerta de su habitación. Todo le daba vueltas, pero necesitaba llegar al baño. Mientras caminaba hacia él, notó cómo las horas pasaban... ese corredor nunca había sido tan largo. <br /><br />Ya había anochecido cuando por fin alcanzó el picaporte. Entró. A la vez que levantaba la tapa del inodoro pudo notar cómo algo, que precisamente no era la cena del día anterior, salía de su boca. Sentía cómo sus fuerzas se perdían a cada espasmo que le daba. <br /><br />No obstante pudo sobrevivir para contemplar horrorizado lo que quedaba en su retrete.<br /><br />Sangre y ceniza.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-14335332063602931332011-03-13T03:27:00.002+00:002011-03-13T04:27:15.652+00:00Cueva del lamento nº 1Había mucha gente en la sala y empezaba a sentirme agobiado, por lo que en ese momento decidí salir del tanatorio.<br /><br />El cielo estaba gris y las aceras aún seguían mojadas, pero mis piernas se doblaron y me senté como pude en el arcén de la calle. Me ardía la cara, me pesaban los párpados. No quería soltar una lágrima delante de nadie, pero ahora estaba solo. Era mi momento.<br /><br />La gente me miraba al pasar, frenaban, daban un paso hacia mí hasta que se daban cuenta de que no me conocían de nada, retrocedían y seguían su camino. Yo por el contrario miraba los adoquines en silencio mientras las lágrimas me caían por las mejillas; congelándose una a una con el aire norte que venía de frente.<br /><br />Pensaba en todo y pensaba en nada. Pensaba en qué pensar. Pensaba en por dónde empezar a pensar. Me intentaba concienciar de que con dieciséis años acababa de perder a mi madre y de ahí en adelante mi vida sería totalmente distinta, me preguntaba dónde demonios iría ahora y miraba al cielo esperando ver el avión en el que mi padre venía.<br /><br />Di mi última calada al cigarrillo, arrojé lejos la colilla con indiferencia y al ponerme de pie miré con los ojos enrojecidos a unos niños que jugaban felices con sus padres. Quería irme lejos.<br /><br />Mis piernas empezaron a moverse involuntariamente hacia los jardines de Yamaguchi. No sabía a dónde iba, no sabía quién pasaba a mi lado. Yo mismo me veía lo más parecido a un despojo humano: arrastrando los pies, con la mirada perdida y con la melena revuelta a causa del aire.<br /><br />Mis amigos debían haber quedado, no sabía si tendrían conocimiento de qué había pasado ese día...pero tampoco esperaba encontrármelos por los alrededores. Seguí avanzando sin rumbo.<br /><br />Cuando llegué a la plaza, dos figuras que se aproximaban me distrajeron por un momento. Eran Jon y su novia. Él me vio y se fue acercando hacia mí, por lo que decidí pararme. No sabía cómo actuar ni que decir. Tampoco si debía hacer como si no lo hubiera visto o saludar.<br /><br />Cuando llegó a donde yo estaba, noté su expresión en su cara. Tal vez estaba igual que yo... vi que lo sabía. Me preguntó qué tal estaba mientras me daba una palmada en la espalda. Titubeé.<br /><br /><em>"Tranquilo Pablo. Dinos dónde es. Mañana vamos a ir todos al entierro, no vas a estar solo"</em><br /><br />Después de agradecerle su apoyo nos despedimos.<br /><br />Mis pies empezaron a moverse y empecé a alejarme hacia un lugar que no recuerdo.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-76495295474769002552011-02-21T23:15:00.002+00:002011-02-21T23:24:44.881+00:00Sentimiento familiar. (Situado entre el 4º y el 6º pino)Érase una vez yo. Y bueno... digamos que como cualquier persona, quiero tener una familia que me quiera. Y sí, la mía lo hace. Y digo la mía porque mi verdadera familia la dictamino yo, y no mi plasma sanguíneo.<br /><br />Mi estupenda familia está formada por toda mi ascendencia por parte de madre(incluyéndola a ella, claro está), mi padre, mis abuelos paternos, las hijas del hermano de mi madre y mis amigos más cercanos.<br /><br />Dicho así, seguramente vosotros, receptores de este escrito, podéis pensar que mi padre es hijo único, y lo más gracioso es que no.<br /><br />Dos hermanas tiene, cada una con sus respectivos dos hijos: en mi árbol genealógico, una rama que pide a gritos que la poden; en mi vida diaria, una panda de hijos de puta.<br /><br />Siento que tenga que ser mi abuela el complemento del nombre del insulto anteriormente citado pero, unas personas que no se preocupan por una mujer que ha sufrido cuatro cánceres no pueden optar a calificativos más correctos. Eso sin añadirle a lo anterior que esa mujer vivía en el mismo lugar que ellos, no debía haber superado el primer cáncer (según los médicos), es mi madre y, por tanto, la esposa de su hermano.<br /><br />Hace un mes que murió, y fue una ocasión de encuentro tras dos años sin verlos. Y repito, ¡vivimos en la misma isla!, que no es de dimensiones como las de Australia o Groenlandia. Es Tenerife, un corpúsculo enano de tierra que sobresale en el mar. Vamos, que si giramos la cabeza, somos casi capaces de vernos.<br /><br />Panda de desgraciados. No tengáis la poca vergüenza de ir diciendo que sois familia mía, porque de mi padre no tenéis ni el blanco de los ojos.<br /><br />Pudríos. Eso sí, desde lo más hondo de esa mierda de sentimiento familiar del que tanto se habla.<br /><br />Atentamente, lo que según la genética debe ser vuestro sobrino.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3243438125351161581.post-67853436804319730342010-12-24T23:41:00.003+00:002010-12-25T00:54:59.316+00:0013 de diciembre. Corredor de la muerte.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcrxjKQPH0mgzwHXiiE5uPjl8SmWRHJRo84aaqIAQIqSHuTYd2rz-mJQTyMcqJq1qrtx3D6LeYOyPSQ2P-FYIMuNbay-VbV6r7Vcj6Q85NpR1W_zyR8NsVj41PqRNYBmE9dK-Xamjg92c/s1600/Dachau_12.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 210px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcrxjKQPH0mgzwHXiiE5uPjl8SmWRHJRo84aaqIAQIqSHuTYd2rz-mJQTyMcqJq1qrtx3D6LeYOyPSQ2P-FYIMuNbay-VbV6r7Vcj6Q85NpR1W_zyR8NsVj41PqRNYBmE9dK-Xamjg92c/s320/Dachau_12.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5554417009585772834" /></a><br /><strong>Trece de diciembre; final de mi diario.</strong><br /><br />Hoy es el último día de mi vida, con lo que dejaré aquí escritos los pensamientos que pondrán un punto final a mi existencia. <br /><br />Hace tres días que dejé de comer y de beber, aunque por decisión propia. Los guardias no cambiaron sus rutas de repartos por las celdas, sino que mi cuerpo ya no encuentra sentido a sus propias necesidades.<br /><br />Cierto es que mañana sufriré el castigo por todos mis delitos. Sé que he sido cruel, frío, despreciable, impuro...no lo niego. Lo único que reprocho a ese maldito juez es el haberme hecho esperar 4 años en esta cárcel para ajusticiarme en una silla eléctrica.<br /><br />¡Cuatro años! Me han sido adjudicados cuatro años más de días vacíos que cualquiera en mi lugar cogería con gusto, pero ¿acaso no se dio cuenta ese hombre de que deseaba morir? Mi vida ha sido un error. Una turbulencia de un apacible vuelo en avión.<br /><br />Nunca conocí a mis padres y la gente jamás se dignó a mostrarme una pizca de ese tan conocido amor. Nunca supe por qué, pero no era como los demás: la gente no me quería, se apartaban de mí por las calles y no dejaban jugar conmigo a sus hijos. Con el tiempo fui huyendo, traicionando a compañeros y destrozando la vida de quienes me rodeaban para poder sobrevivir. Así llego el momento en el que el gobierno empezó a poner carteles en los que salía mi foto junto a un pequeño título de "Se Busca". Me clasificaron como una fuerte arma de inteligencia destructiva a la que devían aniquilar cuanto antes evitarse problemas.<br /><br />Al poco de cumplir veintiséis años me topé con una gente que por primera vez creyó en mí, aportando un foco de luz a mi vida. No obstante, fuerzas gubernamentales descubrieron mi paradero y mataron a mis compañeros. Al enterarme de la masacre, decidí aniquilar a cada una de las personas protagonistas de la matanza, que no se libraron de su suerte. Tras esto, me di cuenta de que mi vida había retomado su ritmo inicial...pero esta vez decidí poner fin a todo; me entregué a mis perseguidores.<br /><br />Y eso es todo, cómo un fallo ha existido durante treinta años. Cómo estoy aquí, ocupando un espacio en este planeta, que jamás me ha correspondido. Pero mañana todo volverá a su cauce inicial. Deseo que el reloj corra.<br /><br />Aunque pensándolo bien, habrá algo que me haga soltar lágrimas cuando me aten a la silla. Pensaré en mis compañeros, las únicas personas que fueron capaces de hacerme sentir útil.<br /><br />Espero tener sitio en otra vida y poder realizar todas las cosas que siempre me han sido vetadas en ésta.<br /><br />Así podré llegar a los veintiséis años para conocer a unos compañeros que podré llamar amigos. Amigos que podrán sujetarme en noches de tormenta. Amigos que recojan mis penas y las arrojen a kilómetros de distancia. Amigos que no habrá que vengar.Pablo Está Reflexionandohttp://www.blogger.com/profile/17716273178192928119noreply@blogger.com1