martes, 17 de mayo de 2011

Cris no tiene máscara

Cuando consiguió conciliar el sueño, Cristina empezó a revolverse sobre su cama. Parecía que el hecho de ser muy expresiva se reflejaba incluso cuando dormía, dando vueltas sobre el colchón, agitando a ratos su respiración.


Mientras, en su mente, aparecía un mundo perfecto: colinas verdes, flores, pájaros revoloteando. Sonriente, contempló cómo todo estaba coronado por el mayor Sol que podría haber imaginado jamás.

No obstante, algo le incomodaba. Una tímida ráfaga de aire frío le pasó por el cuello y todo cambió. De las colinas empezaron a surgir ventanas y puertas. Las flores crecieron y echaron a andar. El piar de las aves pasó a ser un atronador ruido de coches. Por último, el Sol se echó a llorar, convirtiéndose cada una de sus lágrimas en farolas que alumbraban calles sin fin. Había nacido la ciudad.
Cristina, aterrada, gritó. Sin embargo, ni una de las personas que pasaban a su lado se inmutó.

Cogiendo a una de ellas por el hombro, le preguntó casi con lágrimas que habia pasado. Al voltearse la figura, Cris pudo contemplar una cara inerte. Una... careta. Giró trescientos sesenta grados y, horrorizada, vio cómo cientas máscaras la miraban con sus ojos muertos.

Un movimiento. El hombre, al que seguía agarrada, levantó los brazos y se los pasó por detrás de la cabeza. Click. La careta cayó al suelo. El hombre no tenía cara alguna. Cientos, miles, millones de "clicks" se oyeron. Cris volvió a girarse y vio infinidad de personas iguales a la que tenía tras de sí.
"No sentimos como tú. Jamás lo haremos. No percibimos las cosas como tú. Jamás lo haremos. De hecho... nos importa una mierda." - se oyó.
De repente, todos explotaron, llenando el ambiente con un humo de color púrpura. ¿Nadie... nadie podía sentir como ella? Entonces...


Buenos días Cristina, es hora de levantarse. Era su madre. Todo había sido un mal sueño. A pesar de ello, aquellas palabras seguían en su mente.

"Buenos días mamá, ¿que hora..."

-"Click"

Su verdadera pesadilla acababa de comenzar.

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