viernes, 24 de diciembre de 2010

13 de diciembre. Corredor de la muerte.


Trece de diciembre; final de mi diario.

Hoy es el último día de mi vida, con lo que dejaré aquí escritos los pensamientos que pondrán un punto final a mi existencia.

Hace tres días que dejé de comer y de beber, aunque por decisión propia. Los guardias no cambiaron sus rutas de repartos por las celdas, sino que mi cuerpo ya no encuentra sentido a sus propias necesidades.

Cierto es que mañana sufriré el castigo por todos mis delitos. Sé que he sido cruel, frío, despreciable, impuro...no lo niego. Lo único que reprocho a ese maldito juez es el haberme hecho esperar 4 años en esta cárcel para ajusticiarme en una silla eléctrica.

¡Cuatro años! Me han sido adjudicados cuatro años más de días vacíos que cualquiera en mi lugar cogería con gusto, pero ¿acaso no se dio cuenta ese hombre de que deseaba morir? Mi vida ha sido un error. Una turbulencia de un apacible vuelo en avión.

Nunca conocí a mis padres y la gente jamás se dignó a mostrarme una pizca de ese tan conocido amor. Nunca supe por qué, pero no era como los demás: la gente no me quería, se apartaban de mí por las calles y no dejaban jugar conmigo a sus hijos. Con el tiempo fui huyendo, traicionando a compañeros y destrozando la vida de quienes me rodeaban para poder sobrevivir. Así llego el momento en el que el gobierno empezó a poner carteles en los que salía mi foto junto a un pequeño título de "Se Busca". Me clasificaron como una fuerte arma de inteligencia destructiva a la que devían aniquilar cuanto antes evitarse problemas.

Al poco de cumplir veintiséis años me topé con una gente que por primera vez creyó en mí, aportando un foco de luz a mi vida. No obstante, fuerzas gubernamentales descubrieron mi paradero y mataron a mis compañeros. Al enterarme de la masacre, decidí aniquilar a cada una de las personas protagonistas de la matanza, que no se libraron de su suerte. Tras esto, me di cuenta de que mi vida había retomado su ritmo inicial...pero esta vez decidí poner fin a todo; me entregué a mis perseguidores.

Y eso es todo, cómo un fallo ha existido durante treinta años. Cómo estoy aquí, ocupando un espacio en este planeta, que jamás me ha correspondido. Pero mañana todo volverá a su cauce inicial. Deseo que el reloj corra.

Aunque pensándolo bien, habrá algo que me haga soltar lágrimas cuando me aten a la silla. Pensaré en mis compañeros, las únicas personas que fueron capaces de hacerme sentir útil.

Espero tener sitio en otra vida y poder realizar todas las cosas que siempre me han sido vetadas en ésta.

Así podré llegar a los veintiséis años para conocer a unos compañeros que podré llamar amigos. Amigos que podrán sujetarme en noches de tormenta. Amigos que recojan mis penas y las arrojen a kilómetros de distancia. Amigos que no habrá que vengar.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Flota


Hoy en tu mundo lo ves todo como de costumbre.

La llanura de hierba y el cielo nublado. En aparencia perfecto pero, ¿así es en realidad? Es una belleza truncada, sin luz ni sentimientos; a todo le falta un algo. Cielo sin sol, rosas grises, y nidos sin pájaros. Sólo una mente hundida en un mar de depresión sería capaz de recrear ese paisaje.

Todo está vacío y en silencio, aunque no esperas encontrar a nadie.
Lo único que desentona es una grandiosa forma esférica de vivos colores, que advierten de que algo que no debe ser liberado se guarda dentro.

Es un globo. Un globo sin cesta, en su lugar se ve un cuerpo aparentemente sin vida. La cabeza le arde, cosa que aviva el tamaño de la esfera que crece sobre él. El resto, es zarandeado suavemente por el movimiento ascendente y alguna que otra tímida brisa.

Te das cuenta. Eres tú. Es tu propia imagen en tu mundo idealizado, lugar donde huyes de tus problemas. Debido a la falta de sol, tu piel bajo el globo está pálida. Más incluso que de normal. Únicamente flotas y flotas a merced de la gran esfera colorida. Ninguna mano puede ayudarte ahora.

Todos tus amigos se han ido. Nadie te oye. Todos tus amigos estaban equivocados. A nadie le importa.

sábado, 19 de junio de 2010

La Bestia de Altdorf

En los puertos de Altdorf había calma. Los marineros borrachos habían ido a las tabernas de la zona oeste y en ese momento el único ruido que se oía era el del agua chocando contra las barcas, ocultas por la espesa niebla. No era un lugar seguro a esas horas de la noche, pero Margi buscaba algún hombre que la contratase para ofrecerle sus servicios. Sin embargo, su cicatriz en la mejilla y sus cuarenta años no eran unos buenos patrocinadores, por lo que ella creía que sus únicos acompañantes de ese día serían el trozo de raíz de bruja que le quedaba y su aliento a tequila.
No obstante, vio algo moverse cerca de un callejón. Y ella fue hacia ese lugar movida por la curiosidad y por su estómago vacío.
Ahora la figura estaba más cerca y élla podía ver un semblante pálido.
Sacó el cuchillo. Podía haber envejecido para prostituirse, pero nunca se era demasiado vieja para robarle a un borracho.
Podía oír una respiración trabajosa. Era evidente que el objetivo estaba interesado.
-Ven con Margi...
La forma oscura ya estaba lo bastante cerca. Ella imaginó a un hombre alto y lo encajó en la silueta que podía ver, mientras consideraba cuál sería el mejor lugar para la primera puñalada. Luego lanzó el primer golpe, dirigido a la nuez de Adán.
Con una rapidez inhumana, una mano se cerró sobre su muñeca con una fuerza increíble, y élla sintió que sus huesos crujían y se partían.
Su cuchillo cayó y chocó contra los adoquines.
Abrió la boca para gritar y se llenó los pulmones con el frío aire nocturno. Otra mano de palma áspera le tapó la boca para sofocar el alarido. Vió entonces unos ojos brillantes, llameantes y supo que su vida había acabado.
La Bestia la arrastró al interior del callejón y ya allí la abrió en canal.

Cintruénigo

Hoy me he pasado toda la tarde perdiendo el tiempo en mi habitación. Esto se debe a que he acabado los exámenes y, además, una tarde de viernes sin quedar tampoco es el momento idóneo para hacer cosas realmente útiles.
Por ello, he hecho una revisión de mis recuerdos y, accidentalmente, he llegado a unos que realmente me han emocionado.
Estos no son otros que los que consigo rememorar del pueblo de mi abuela.
Lo único que conozco bien de ese lugar es la calle donde estaba la casa. Piedras y asfalto para unos, pero un gran libro con muchas páginas por leer para mí.
En las calurosas noches de verano, todos los vecinos, que mas bien eran una gran familia, empezaban a darle vida al estrecho callejón: unos hacían un corro con sillas y jugaban a cartas, otros se hechaban un par de cigarros, gritos como "Ahi va el muetico canario que mozo está ya" se oían por doquier...
También me vienen a la cabeza nombres de personas como Manolo, la Covi, la Resu, Eva, el catalán (nunca supe su nombre), la Milagros..¡Grandes personajes!
Pero lo dicho, una familia. Tapujos había muchos, aunque todos se sabían.¿El cómo? Lo desconozco.
Pero bueno, no es eso lo que me emocionaba. Lo que me dio una especie de "bienestar propio" fue el hecho de que mi abuela naciese ahí, criase a sus hijos ahí, y tiempo atrás pudiese enseñarme a jugar a cartas en el corro que surgía a partir de las 10, tras la fresca que venía cuando todos acababamos de cenar.
Toda una vida se desarrolló en la susodicha calle, sumémosle ahora la del resto de vecinos. ¡Cuántas lluvias habrán arrastrado desgracias, sequías habrán abrasado alegrías o secretos que jamás serán desvelados! Nadie lo sabrá jamás, nació y se irá. Quedará grabado en la memoria de pocos. Suerte la de esta minoría de adquirir tal sabiduría.

miércoles, 9 de junio de 2010

Sin razón de ser

El motivo por el que escribo hoy es el simple hecho de sentirme mejor. No cambiaré nada, pero sé que hay gente que lee esto y me alivia contárselo a alguien.

Acabo de hacer un hallazgo. Normalmente los descubrimientos aportan algo bueno, pero este no. Este me atormenta hasta tal punto que trastorna mi visión sobre mi vida.
Me acabo de dar cuenta que no sé quién soy, ni qué debo hacer, ni qué camino debo escoger...no sé nada sobre mí mismo. Y es algo verdaderamente extraño.
Normalmente, gente dice esto por llamar la atención. Yo no sé si la quiero, la necesito o sin embargo debería huir de ella. No sé de qué ha servido mi trabajo hasta ahora, ni de qué servirá el futuro. Tampoco el mantener una compostura, si al fin y al cabo, no soy mas que un amasijo de tuercas y tornillos con apariencia humana.

Hace tiempo que no siento, pero ¿por qué?. Te diré el por qué, a ti, el que lees esto. La razón es que me he inundado de lágrimas mi interior, y éstas han anegado toda parte vital que podía asociarse a algo normal. Grandes murciélagos y brillantes ojos esperan el momento idóneo para atacar en la grande cueva que hay dentro de mi. Pero no solo el agua hace mella, también continuas críticas, falsos halagos que esperaban un estruendoso fracaso para atravesarme las costillas con sus afiladas esquinas...

Siempre han esperado de mí una grandiosa producción que enmascaraban con el nombre de "mi futuro". Pero ese futuro, ¿será el mío o serán ganancias que se agenciarán esos adultos? No lo sé...pero me siento usado, roto y oxidado. No soy lo que era, no puedo hacer las cosas tan bien como antes y la gente sigue exigiendo lo mismo. Las alabanzas ineistentes pasaron a ser continuos acosos mentales. Y ahora todo esto ha causado una sensación que me impide llevar una vida normal:

El miedo. Miedo a ser inútil, a acabar solo, a que por una vez alguien me dé esa palmada y la acoja con rechazo debido a la falta de costumbre...

Poco se puede hacer conmigo, cuento los segundos para apagarme eternamente. Salvaos los que aún podéis.

Por vosotros.

Por mí.

domingo, 30 de mayo de 2010

Pensativitis

Das asco.

Sí, lo das. Siempre creí que podrías ser diferente, siempre te defendí. Cuando andabas mal me involucraba en lo involucrable, sabes que ni fui pesado ni nunca falté cuando me necesitabas.

Y así me lo pagas. Pues bien Doña Cordura, continúa así.

Tú, que te crees capaz de mover los hilos, no eres mas que otra del montón. ¿Te sientes especial por parecer inteligente?

Hipócrita. ¿Te suena esta palabra, verdad? Sueles criticar a los hipócritas.

Pues aprende, no eres nada. Eres otra niña a la que le falta su estúpida muñeca y vienes a los demás a buscar compañía y cobijo, pero lo único que haces es destrozar todo a tu paso. Eso sí, procura encontrarla rápido para que nos dejes tirados a la primera. Lo estoy deseando para que te alejes y me dejes en paz.

¿Rebelde y anárquica? Oh sí, me encanta tu revolucionario pensamiento de desordenar tu habitación, tocar la guitarra y decir la palabra "mola". Eres una genio. Corre a decir palabras que carecen de significado y poner tono de malota a algún adulto que no sepa de que va el rollo para que parezcas tener 1 año más. Ojo, no olvides masticar sonoramente un chicle cuando lo hagas.

Me encanta como rechazas gente que dices que se las da de farolero, siendo tú la primera que teniendo un problema vas a hacerte una pancarta explicando al mundo que vas a llorar y que estén pendientes de tí. Eso sí, no te pasa nada. Porque eres super especial, mayor y culta para contar tus problemas a nadie.

Oh, me olvidaba. Relación amorosa he oído de tus labios. Hablemos con propiedad: "hola tengo novio y creo que esto me da derecho a tener...1 ó 2 años más en mi vida social :D"

...Corre a casarte a Las Vegas, puta ficha de casino.

Eso sí, luego acuérdate de mí, nosotros, y ellos y haz otra manifestación emocional de lagrimitas de cocodrilo.

Bueno, ahora te dejo, si no te importa.

Deséame un vómito agradable.

domingo, 25 de abril de 2010

Adecuadamente donde le pertenece

Mira el animal en la jaula que tú construiste
¿Estás seguro del lado en el que te encuentras?
Mejor no mirarlo demasiado cerca a los ojos
¿Estás seguro de la parte del cristal en la que te encuentras?
Mira la seguridad de la vida que has construido
Todo a donde la pertenece
Siente la plenitud dentro de tu corazón
Y todo está...adecuadamente donde le pertenece.
¿Qué pasa si todo lo que te rodea
no es como parece?
¿Qué pasa si todo el mundo que crees que conoces
es un elaborado sueño?
Y si miras tu reflejo
¿Es todo lo que querrías que fuese?
¿Qué pasaría si pudieras mirar a través de las grietas?
¿Podrías verte a ti mismo...a ti mismo asustado de ver?
¿Qué pasa si todo el mundo está dentro de tu cabeza?
Solamente creaciones propias
Tus demonios y tus dioses; toda la vida y la muerte
Y estás realmente solo
Puedes vivir en esta ilusión,
Puedes elegir creer
Puedes seguir buscando pero no puedes encontrar bosques
Mientras estás escondido entre los árboles
¿Qué pasa si todo lo que te rodea
no es como parece?
¿Qué pasa si todo el mundo que solías conocer
es un elaborado sueño?
Y si miras al espejo,
¿Es todo lo que querrías que fuese?
¿Qué pasaría si pudieras mirar a través de las grietas?
¿Podrías encontrarte a ti mismo...a ti mismo asustado de ver?

domingo, 11 de abril de 2010

Tarde en los jardines Victoria

-Piensa. Piensa. Piensa. Mierda, ¿y en qué pienso? Qué difícil...tantos pájaros en la cabeza y no atino a ninguno...
Bueno, intentaré dibujar un círculo en el suelo mientras se me ocurre algo...
Que asco. Me está quedando demasiado abierto por la derecha...En fin, no me peguéis, ¿de acuerdo? ¡No me asesinéis con la mirada! Sólo se me está llendo un poco el trazo del jodido círculo...Odio los malditos círculos.
Eh espera, no he levantado la cabeza del suelo...¿a quién hablo?
-A mí.
-Genial...ahora con público. Pensé que tocaba rato de reflexión...
-Y aún estás en él, recuerda.
-Me arde la cara, el sol me está dando de lleno...
-¿Tienes mucho calor?
-No, me arde de frío...Él suelo está frío. Yo estoy frío. Y el paisaje es frío.
-A mí me encanta, hay mucha hierba, ¿y ves las flores de allí?
-Sí, ¿y...?
-Bueno, nada...tampoco es tan especial...cambiando de tema; ¿qué haceis tus amigos y tú?
-No sé, pensaba que tocaba hacernos el interesante...estar callados, apuñalarnos los unos a los otros con miradas gélidas y con pensamientos como: "Já, si supiese lo mal que le quedan esas zapatillas..."
-Pero...solo estás callado tú.
-¿Ah, sí?
-Claro. ¿No los oyes? Están ahí sentados en las escaleras de piedra. Creo que están contando chistes.
-Ah sí, los oigo lejos.
-Están a 2 metros...
-Vaya. Creí que me había quedado solo. Hacía rato que no oía. No veía. No sentía el sol. De hecho ahora me acabo de fijar de lo rubio que tengo el pelo de las piernas.
-Jaja
-Oye, ¿y yo no estoy en la escalera con ellos?
-No, tu estás sentado, pero no con ellos. Estás apoyado a la sombra del panteón.
-Ya veo. Bonito lugar para ser enterrado, ¿no? ¿Crees que dentro de mucho tiempo...tanto tiempo que tal vez no recuerde lo que debería de recordar, volveré aquí y rememoraré esta visión como la veo ahora?
-La respuesta es incierta...
-Quizás. Tal vez venga y no haya cambiado nada. Tal vez no pueda llegar hasta aquí porque todo sean ruinas. O tal vez, tan sólo con llegar aquí, a este panteón, las lágrimas rajen mi piel. Una piel arrugada. Una piel que habrá vivido páginas y páginas de un libro de historia. Un libro que estará tocando a su fin.
-A lo mejor mueres antes de que llegue ese día.
-No creo.
-¿Y a qué se debe ese impulso de fe?
-A que el círculo que dibujaba en el suelo me acaba de salir bien.

domingo, 28 de febrero de 2010

Pasad las cortinas

Tras y vivir mis 24 horas de llamadas de teléfono y felicitaciones constantes he echado un mirada al transcurso de ese día y me he dado cuenta de un par de cosas.
Hacía tiempo que vivía como en una coraza. No aislado, sino ajeno a sentimientos que personas proyectaban hacia mí. Tal vez no había con suficiente "magnitud", tal vez no los quería ver. Encuentro más posible lo segundo. El caso es que durante todo el día un montón de gente sabía que era mi cumpleaños (¡Mucha más gente de la que esperaba!) e hicieron que el día fuese para mí un recuerdo genial.
Me di cuenta de que en realidad le importo a alguien y de hecho a más gente de la que creía.
Creo que el ver como la gente se volcaba en mí hizo romper esa especie de...ceguera emocional y ver la realidad como es...

...como debería haber sido vista desde un principio.

jueves, 25 de febrero de 2010

Girando el pomo

Girando el pomo. No se me ocurre otra frase para expresar esto. Dentro de dos horas y pocos minutos tendré un año más.
Supongo que me levantaré para ir a clase y mis padres serán los primeros en felicitarme. Seguro que mi madre me vuelve a contar cuando me dio a luz y todo el rollo de siempre, aunque cada vez que lo oigo, no me resulta repetitivo sino algo que nunca he sabido ni sabré que me es desvelado por cada año que pasa.
Es extraño, no veo el cumplir años como algo festivo. Lo veo como un tránsito. Parecido a la muerte, pero en menor magnitud. Es como decían los egipicios: cruzar el Nilo; en la orilla este todos nacemos, y en la oeste, tras cruzar las impetuosas aguas, la muerte.
Despertaré teniendo un año más, sin tomarlo ni beberlo. Será atravesar una puerta. Una puerta de dimensiones normales que da a un laberinto infinito de 365 días. Caminos que me llevarán a grandes salidas y otros a estrechos callejones. Algo impredecible. Pero bueno, ahí está la emoción.
¿Algo que valorar de este año? Sí, supongo que sí. Han habido cambios. Buenos, malos, regulares...pero todos cambios. Ha habido gente. Buena, mala, regular...pero ha habido gente. Y momentos...han habido momentos.

martes, 16 de febrero de 2010

Cancer (MCR)

Voltéate,
si pudieras darme un vaso
de agua porque mis labios están agrietados y descoloridos.
Llama a mi tía Marie.
Ayúdala a recoger todas mis cosas,
y entiérrame en todos mis colores favoritos.
Mis hermanos y hermanas todavía
no los besaré.

Porque la parte más dura de esto es dejarte.

Ahora voltéate,
porque soy horrible, solo para ver
porque todo mi cabello abandonó mi cuerpo,
Oh, mi agonía.
Saber que nunca me casaré.
Nena, estoy solo mojado por la quimio
Pero contando los días para irme.
No es solo estar vivo.
Y sólo espero que sepas
que si hoy me dices adiós,
Te preguntaría si es verdad.

Porque la parte más dura de esto es dejarte...
Porque la parte más dura de esto es dejarte...

lunes, 1 de febrero de 2010

Habitación armaggedon

Oscuridad. Todo lo que veo es oscuridad. Antes intentaba moverme, pero mis ánimos desistieron. He perdido la noción del tiempo y en mi boca está presente el sabor de la sangre. Ni siquiera recuerdo cómo llegué aquí y cada vez que rebusco en mi memoria, choco contra muros de niebla. Lo único que puedo rememorar vagamente es el jueves veintisiete de diciembre.

Eran las once y media de la noche y andaba intentando encontrar unos cartones en los que cobijarme para soportar el frío que azotaba las calles. De hecho, aún puedo recordar el ardor de la ginebra en mi garganta y como las brasas de la fogata desprendían una luz que aun siendo tenue, era capaz de hacer que entrecerrase un poco mis párpados. Pero a nadie le importaba antes, ni a nadie le importo ahora. ¿Quién me buscará?

Ruidos rítmicos me desvelan de mis pensamientos. Se escuchan pasos. Sombras vienen hacia aquí y el temor se apodera de mí, rodeandome lentamente, aplastándome las costillas y dejándome sin respiración. Las pisadas aminoran su ritmo y el característico sonido de una llave rozando con un candado me hace reaccionar. Una pequeña tira de luz se va abriendo camino en las tinieblas. Alcanzo a ver a un guardia de policía. Es alto y fornido y una sonrisa amigable mezclada con una sensación de espanto y asombro se mezclan en su tez morena. Me vienen a salvar.

Pero, ¿qué lleva esa figura en la mano?. No...no puede ser. Su mueca risueña se torna de repente diabólica, capaz de amedrentar a la mayor de las bestias y sus ojos ahora centellean con un resplandor especial, veo las llamaradas de edificios ardiento en sus pupilas.

La puerta va cerrándose y la luz que mengua poco a poco me muestra el cuerpo de ese ser. Alcanzo a verle el rostro de nuevo, aunque ahora paro con más detenimiento tras esta extraña metamorfosis. En él se ve dibujado un odio inhumano, pero no es comparable al terror que me congela el aliento cuando veo mi muerte reflejada ahora en las llamas extintas que mostraban sus ojos.

La puerta se ha cerrado y estoy solo con esa bestia. Intento acallar mi respiración, pero estoy seguro que me delatará el estruendo que provoca mi corazón, chocando con brutalidad contra mi pecho.

La muerte está cerca. Se oye un gruñido...una risa demoníaca.

Noto como una garra atraviesa mis costillas y tira con fuerza, haciendo que mane a borbotones un chorro de sangre caliente que moja las rotas vestiduras que llevo. La bestia me ha encontrado.

Todo es oscuridad.

Hollow Crown

Corona Vacía

Tiene...
Tiene que haber una manera mas fácil de soltar estos sentimientos
Tan, tan lejos de casa
Necesito tu voz para sostener mi cabeza juntos
Tan, tan lejos de casa
Necesito tu voz para animar mi solitario estado mental

Tú...
Tú no puede hacer mas que esperar mi regreso, para que te muestre commo me sentí
Estos meses han transcurrido y pasan volando
Necesito sentirte a mi lado
Tan, tan lejos de casa
Necesito tu voz para sostener mi cabeza juntos
Tan, tan lejos de casa
Necesito tu voz para animar mi solitario estado mental

Oh, tiene que haber una manera más fácil
Oh, tiene que haber una manera más fácil
Oh, tiene que haber una manera más fácil de soltar estos sentimientos

Mientras la brisa marina golpea mis pulmones, me lleva de vuelta a donde pertenezco
A donde pertenezco...

sábado, 30 de enero de 2010

Otoño 1312

Y allí estaba yo. De vuelta al pozo de los recuerdos, tras los duros años de campaña. De no ser por las guerras y la temida peste que azotaba cualquier suspiro de vida, sería cmo ese lugar que nombran los abades: el Edén.
El campo de cebada, el amino de carruajes ahora infestado de arbustos...y la casa. La gran casa que parecía ser el motivo de unir el horizonte con la llanura sin fin que comenzaba bajos mis pies.
Todavía se movía la mecedora del pórtico y las ventanas estaban abiertas como si alguien estuiese ventilando la casa, ajeno a la desolación mundial.
Un fino hilo de esperanza me fue haciendo entrar en calor, y con él, mis extremidades empezaron a dirigirme, sin saber por qué, hacia a puerta.
Toqué. En ese momento, el hilo de esperanza pasó a ser una dura estaca que me atravesó sin piedad. La puerta estaba entreabierta. Pequeños diablos me incitaban a imaginarme lo peor, pero al cruzar el umbral me di cuenta de que había llegado tarde. El profundo suelo tenía un gran charco rojizo seco y el olor a muerte me hizo hundirme en el más profundo abismo.
Han pasado dos noches. La mecedora se mueve. La puerta se abre. Una suave mano me agarra con cuidad del hombro. Abro los ojos. Las lágrimas y la costumbre a la oscuridad hacen que me duelan los ojos. Pero todo val por ver lo que ahora veo. Es ella. La amada que dejé; la que murió por esperarme.